¿Quedamos a tomar café?

Yo me dispongo a tomarme algún que otro cafetito mientras tecleo, intentando pensar con cada sorbo y escribir entre uno y otro disfrutando de un momento especial en el que pueda volcar ideas, opiniones, sobre libros, música, imágenes, dar rienda suelta a algún que otro desvarío, desahogar algún grito, espero que también algo de humor, a través de esta gran ventana virtual.

Abierta queda. Si alguien quiere tomarse un café conmigo bienvenido sea.

lunes, 10 de diciembre de 2012

¡Que viene la Navidad!


Se acabó el último puente de año y sobre él solo dos pequeñas curiosidades:

1.- Que prácticamente no he sufrido ningún atasco. No sé si porque estaban mejor planeados o porque la crisis ha dejado a mucha gente en su casa.
2.- Que sí he sufrido ligeros síntomas de ansiedad por no poder disponer de mi ordenador para mantenerme al día con mi tertulia y con vuestros espacios.

Lo primero me ha venido muy bien y lo segundo, además de inquietarme un poquito, me recuerda cuando recién empezada mi andadura Margari me advertía de que esto crea adicción. ¡Qué razón tenías, Margari!
Convivir es compartir, sí, pero hasta cierto punto. Ha habido sus momentos de dura negociación para poder disponer de un portátil ajeno y todos hemos llegado a la conclusión de que sólo hay una solución: ¡pedirle a los Reyes Magos uno para mí solita!

Y esto me lleva al tema de la entrada:  

¡Ya llega la Navidad!


¿Cómo os enfrentáis a estas fechas? ¿con ilusión, con alegría, con agobio? ¿ya habéis vestido la casa para la ocasión, habéis anticipado la compra del marisco y el cordero?

En mi casa está a medio instalar, ha entrado la lotería y algunos dulces típicos, pero aún no ha habido tiempo para los adornos navideños. 
El próximo sábado la casa se vestirá de gala. El árbol de navidad saldrá de su caja desperezándose y las cintas y bolas saltarán entusiasmadas por colgarse de su ramas y poder mirar a través de los cristales como luce este invierno. Tiras de luces se enroscarán a su alrededor para darles calor por la noche y la orgullosa estrella dorada trepará orgullosa hasta su punta para desde allí arriba reinar sobre todo el salón.  



A partir de ahí ya estaremos listos para enfrentar todo lo que se nos viene encima.
Este año me temo que la crisis le pasará factura, aunque afortunadamente será en el aspecto que menos me gusta de la Navidad: esa carrera de obstáculos a la que sometemos a nuestra tarjeta de crédito que empieza con la compra de la lotería y acaba el cinco de enero. Fecha a la que la pobre llega en estado agónico del que luego nos cuesta recuperarla.  

Lo que peor he llevado siempre de estas fechas es el cariz consumista, el bombardeo publicitario, los centros comerciales abarrotados, las compras compulsivas, esa forma de asociar Navidad y gasto. Cuanto más gasto, mejor Navidad  tengo.

¡Si lo bueno de la Navidad es que son el mejor momento del año para compartir tiempo con los demás!
Intercambiar lotería con amigos.
Una cerveza con los vecinos para desearse felices fiestas.
Un montón de tiempo con los niños para llevarles al circo, al cine, a ver la iluminación navideña y sí, también al Cortilandia. Si no has luchado a brazo partido por hacerte un hueco en los alrededores del Corte Inglés y te has llevado metida en la cabeza la machacona musiquita no has disfrutado unas navidades como Dios manda. Y lo que disfrutan cuando se quedan con los abuelos mientras tu vas a comprar (los juguetes) y sobre todo quedándose a dormir con ellos esa noche loca en la que sales con los amigos para poder tener ese pedacito de Navidad adulta.

¿Y qué decir de las comidas en familia? cuando llega el abrazo de aquellos que viven lejos y  vienen a casa por Navidad, sí, como el turrón El Almendro. Y las bromas y las risas y las anécdotas y la  complicidad de los que han acompañado tu vida desde… siempre o casi siempre.
¡Ah, esas reuniones familiares inigualables!, con el cuñado al que no soportas, la suegra que siempre encuentra la comida sosa o fría o demasiado hecha y que te lo dice sin ningún miramiento, esos niños con las manos manchadas de chocolate adornándote, aún mas, la casa...  entrañables, de verdad.
Pero, en serio, lo de menos es el marisco o el cordero, que yo puedo perdonar sin problemas. El cava ya es otra cosa. ¿Una Navidad sin burbujas? ¡Freixenet no lo permita!

En el fondo lo único que de verdad importa son las personas que se reunen alrededor de la mesa, por eso mismo lo peor de estas comidas navideñas es ver la silla que han dejado vacía los que ya no pueden sentarse a la mesa con nosotros, ese hueco imposible de llenar en la foto de familia.

Para estar con la gente que quieres no hacen falta grandes ni costosos regalos. Todos sabemos que los reyes son los padres.
Los niños son otra cosa. Para los niños la Navidad es mágica. No hay nada más bonito que compartir con ellos esa magia. Aunque tengamos que sufrir el Cortilandia o las tres horas de espera para ver la Cabalgata de los Reyes Magos. Su expectación y sus nervios la noche previa, su impaciencia cuando apenas se ha hecho de día por abrir los regalos y sus sonrisas de felicidad al abrirlos no tienen precio.

Quizá porque ya no hay niños en casa con los que vivir esa magia, la Navidad desde esta distancia me da un poco de pereza. Después cuando oigo a los niños de San Ildefonso cantar los números de la lotería no puedo evitar una pequeña punzada de ilusión: ¡anda que si me toca! Y a partir de ahí entro a saco en todo lo demás, aunque la comida de Navidad me deje exhausta  y el día de Nochevieja ronca y el roscón de reyes el 6 de enero no encuentre un hueco en el que meterse.

Atraparé al vuelo las chispas de la navidad que se crucen en mi camino para no olvidar a la niña que fui. Dejaré de lado en algún que otro momento señalado a la adulta descreída que soy. Me dispongo a enfrentarlas convencida de que es posible disfrutar de estos días sin someter a tortura a la renqueante cartera y no dejaré de escribir mi carta a los muy Magos Reyes que seguro encuentran la manera de pintar una sonrisa en nuestros rostros la mañana del 6 de enero. (Ya les haré saber que si el portátil no puede llegar en esas fechas no me importará esperar a las rebajas de enero, o a las de febrero, o… lo que haga falta, que se la va a hacer... al menos un libro nunca falta).  

Preparados... listos... ¡a disfrutarlas!

22 comentarios:

  1. "Lo que peor he llevado siempre de estas fechas es el cariz consumista, el bombardeo publicitario, los centros comerciales abarrotados, las compras compulsivas, esa forma de asociar Navidad y gasto."
    Y también:
    "Quizá porque ya no hay niños en casa con los que vivir esa magia, la Navidad desde esta distancia me da un poco de pereza."
    Y no sigo que me vas a llamar vaga :D pero podría copiar tu texto enterito, desde el Cortylandia hasta las sillas vacías.
    Intentaremos verlo por el lado de la alegría infantil :)
    Lo del portatil... mejor se lo pides a tu tarjeta ;) y cuídate esta incipiente adicción ;) Por cierto, cierro que llevo un día... :D

    Besotes navideños.

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    1. ¿Será que nos vamos haciendo un poquito mayores? Hay que ir a por ellas buscándole la cara buena, la sonriente, como a la luna.
      Besos

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  2. Pues lo vivo con mucha ilusión, y eso que no tengo hijos, me pongo hasta nerviosa. Ya tengo la casa decorada...Del tema de la comida todavía no he pensado nada para la noche que se hará en mi casa. Un besote!!

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    1. Yo siempre pienso hacer las compras con mucha antelación y al final no sé como lo hago pero acaba pillándome el toro por algún lado.
      Es estupendo que sigas viviéndolas con muchas ilusión, con niños o sin ellos, ¡disfrútalas!
      Besos

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  3. A mí me encanta la Navidad, la decoración, las calles, las reuniones familiares... todo, espero esta fecha con muchísima ilusión, como si fuese una niña, igual es por eso que me gusta tanto
    besos

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    1. La Navidad puede tener muchas cosas buenas y esas son con las que yo intento quedarme cada año, aunque a veces me cueste un poquito. Debe ser que mi espíritu infantil está más hondo y a veces cuesta rescatarlo. Aprovecha el tuyo y disfrutalo mucho.
      Besos

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  4. Me han dado ganas de ponerme a cantar eso de Navidad, Navidad... lalalala y demás. Te cuento, ya he puesto mi modesta decoración navideña, no me gusta abarrotarlo todo, pero si darle un toque festivo-navideño al ambiente. De todo lo mencionado me quedo con la gente y la ilusión de dar sorpresas a quienes quieres, eso es algo que intento todo el año, pero es verdad que en Navidad se acrecienta, no me gustan las multitudes, huyo de ellas, pero en alguna es inevitable acabar metida, lo cual poca gracia me hace. Para mi lo mejor son dos banquetes que no son en los días clave, uno es con la familia de mi madre donde se notan ya algunas ausencias (eso me da una pena...) y otra es la cena del primer día del año que la hacemos un poco diferente pero que siemrpe es divertidísima con mis padres y hermanos. Descorchada la entrada de hoy, que comiencen las fietsas. Besos

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    1. Sabes, yo cada año cuando saco las cajas con los adornos navideños me digo que solo voy a poner el árbol y al final acabo poniendo los calcetines, el centro de mesa, las velas... pero intento ser moderada.
      Al final lo mas importante es la gente, esas tradiciones familiares que tienen un sabor especial.
      Besos

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  5. A mí lo que me agobia de la navidad, es la navidad misma. Sí, con minúsculas, que no me he equivocado. Me alegro, si hay que alegrarse y canto villancicos, si hay que cantarlos. Brindo con cava o con lo que se tercie; como lo que la tradición manda; juego a lo que la tradición ha establecido; acudo a ver la San Silvestre Vallekana (esto, sí, por afición) y, claro, me atiborro a turrón de chocolate y a roscón de reyes... Pero, a lo que íbamos, la navidad desde el punto de vista de "ahora conmpro porque tengo que comprar", que es a lo que hemos llegado últimamente, me cansa hasta la extenuación. Me lo paso muy bien con la familia o los amigos, para qué negarlo, pero es que también disfruto como una enana en otra época del año cuando toca reunión. En fin, Jara, que a mi las navidades, ni fu ni fa, si no fuera por lo que compartimos, el cariño, con nuestros allegados. Besitos y FELICES FIESTAS!!

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    1. Efectivamente, Koncha, lo realmente importante es reunirnos con la gente que queremos y la navidad es una estupenda excusa para compartir risas y buenos momentos.
      ¡Ah y la San Silvestre Vallekana es una tradición navideña imprescindible!
      Besos

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  6. Yo tengo casi todo preparado, con la señorita leo es una fiesta que celebramos de otra manera, mas divertida. Además celebramos un montón cada fiesta con fuegos artificiales incluídos
    Besos

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    1. De momento te llevas la mención especial a la más previsora.
      Hay que reconocer que lo de los fuegos artificiales es un valor añadido ¡como me gustan! es el complemento perfecto a unas fiestas divertidas. Y eso es lo mejor que podemos hacer, celebrar cada fiesta con alegría.
      Besos

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  7. Estas fechas me ponen "malita" solo de pensarlo. Que agobio! Claro que sera que ya no soy joven y he pasado Navidades de todos los colores.
    Desde que empiezo a poner el árbol me digo, que royo de fiestas, al final me dejo llevar y "entro a saco" como tu dices.
    En fin todo sea por los nietos, y la San Silvestre que corre mi yerno jajaja.

    Besos.

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    1. Eso es lo que hay que hacer Rafaela, vencer ese poquito de pereza y divertirse con los nietos y con la San Silvestre, ¡que es toda una fiesta en sí misma! y con las uvas y aprovechar todos los buenos momentos.
      Besos

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  8. Siempre me han gustado estas fiestas y con la pequeñaja en casa aún más. Ya tenemos la casa adornada, aunque tampoco es que nos esmeremos mucho, ponemos el portal y poquita cosa más. Pero cuando llegan las vacaciones del cole nos gusta salir por las tardes, ir a ver los belenes, disfrutar del ambiente y de las actividades que hay estos días... Y disfrutar con los amigos y las familias. Lo peor, como bien dices, es esa fiebre consumista que nos rodea. Cansa mucho. Parece que nos estamos olvidando de lo principal de estas fiestas, que es celebrarlas en familia.
    Besotes!!!

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    1. Con los niños se convierten en unas fechas muy especiales. Montar el belén es toda una experiencia y salir a la calle a vivir las luces y las actividades y el ambiente un auténtico placer. ¿Se nota que lo echo un poquito de menos?
      Estoy de acuerdo en que lo principal es celebrar con familia y amigos.
      Besos

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  9. Me encantan estas fiestas, las espero con ganas cada año. Sin embargo, este año aún no sabemos si podremos celebrarlas por la salud de mi abuela. A ver si en estos días mejora y podemos reunirnos como siempre, en su casa, sobre todo para que ella se anime. ¡Disfruta de los días que están por llegar! Un beso.

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    1. Mis mejores deseos para que tu abuela mejore y pueda disfrutar de estas fiestas rodeada de su familia. Es lo mejor de estas fechas, compartirlas con quien más quieres.
      Besos

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  10. Qué ganas me han entrado en el cuerpo de que llegue la navidad con este bonito texto. Eres el espíritu navideño personificado. Te recomiendo la lectura de Canción de Navidad, de Charles Dickens, cuya reseña está programada para el 23 de diciembre.
    Besos!

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    1. No he leído el libro, pero recuerdo de forma muy especial un 24 de diciembre que llevamos a mi hijo a ver una representación infantil de esta obra antes de asistir a la cena de nochebuena en casa de los abuelos. Fue una representación muy emotiva y divertida y una forma preciosa de empezar la fiesta.
      Besos

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  11. Nunca me habían gustado estas fiestas pero últimamente la verdad es que las estoy disfrutando mucho. De hecho este año me ha venido el espíritu navideño con antelación, jeje.
    Besines prenavideños!

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    1. Dicen que nunca es tarde si la dicha es buena ¿no? Es caso es encontrar la mejor forma de disfrutarlas y desde luego se nota que este año lo has cogido con fuerza, llevas ya varios sorteos navideños, para regocijo de tus seguidores, jaja. Sigue, sigue con tu espíritu navideño que nos encanta a todos.
      Besos

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