¿Quedamos a tomar café?

Yo me dispongo a tomarme algún que otro cafetito mientras tecleo, intentando pensar con cada sorbo y escribir entre uno y otro disfrutando de un momento especial en el que pueda volcar ideas, opiniones, sobre libros, música, imágenes, dar rienda suelta a algún que otro desvarío, desahogar algún grito, espero que también algo de humor, a través de esta gran ventana virtual.

Abierta queda. Si alguien quiere tomarse un café conmigo bienvenido sea.

viernes, 26 de julio de 2013

Tour cervecero


No podía dejar pasar este último viernes de mes sin ofreceros un viaje, pero dado el carácter de autoservicio que he implantado este verano y ahora que cada mochuelo está fuera de su olivo he decidido reinterpretar la salida de hoy y ajustarla a los rigores veraniegos. Nada de patear calles ni ver piedras, hoy os propongo un circuito cervecero, sí, sí, habéis leído bien. Quizá no todos estéis de acuerdo conmigo en que tomar una cerveza helada  en una terraza es de lo mejorcito que nos ofrece el verano, pero seguro que sí coincidís casi todos en que uno de los mayores placeres de las vacaciones es el turismo gastronómico y que dentro de éste la sana costumbre del aperitivo, lo que vulgarmente llamamos “tomar unas cañas”, puede reportarnos momentos verdaderamente inolvidables de nuestras vacaciones. ¿Qué son unas vacaciones sin chiringuito? ¿Hay algo mejor tras una mañana de playa o una tarde de paseo que sentarse bajo una sombra fresca y pedir una cerveza bien fría acompañada de …

En el Arenal d'en Castell en Menorca
...unas rabas en Santander,
...un pulpo a feira o unos mejillones en cualquiera de las rías gallegas,
...unas sardinas asadas en Málaga,
…unas gambas a la plancha en Huelva,
...en cualquier punto de la costa andaluza un pescaito frito,
...unas papas arrugás en las Canarias,
...un choricito a la sidra o unas patatas al cabrales en Asturias
...cualquiera de los deliciosos y variados pintxos que nos tientan desde la barra de cada bar en el País Vasco,
...una ración de guarrillo en mi pueblo,
...o unas bravas o un pincho de tortilla o unas croquetas  en cualquier sitio. 
Y en toda la costa de Levante y Murcia perdono el aperitivo para pasar directamente al arroz, al de sentarse con hora a la mesa, en su punto: arroz a banda o negro o con bogavante o en caldero si estamos en Murcia.

¡Hummmm! se me hace la boca agua sólo con escribirlo. ¿A que resulta un recorrido de lo más apetecible?

¡Vaya! Ya me parece oír a alguien rezongando porque no le gusta la cerveza. Vale, admito que haya quien prefiera otra bebida como el tinto de verano o un vermut, por ejemplo, para estos menesteres, incluso en algunos casos hasta yo podría renunciar a la cerveza en favor de un fino o una manzanilla al sur, un ribeiro gallego o un culín de sidra asturiana, pero si a alguien se le ocurre acompañar unas sardinas asadas o un pulpo a feira con una Coca-Cola mejor que no me lo cuente. Ahora bien, y a riesgo de ponerme un poco pesada, en mi opinión, nada quita mejor la sed que ese primer trago largo de cerveza recién tirada con su dedo de densa espumita.

Seguro que a vosotros se os han ido ocurriendo un montón de deliciosas posibilidades, esas que no os perdéis ningún verano, ya sea en la terraza del bar de abajo o en el chiringuito de la playa de turno o en esa terraza en la que pasasteis un rato inolvidable. Estaría encantada si las queréis compartir conmigo, seguro que me apunto más de una.

Siento no poder ofreceros imágenes que ilustren la ruta de hoy, pero aunque he buscado entre la maraña de fotografías veraniegas y he encontrado unas cuantas tomadas en terrazas y chiringuitos, ninguna era digna de ser expuesta en público. ¡En prácticamente todas, los vasos están vacíos y los platos sólo contienen las últimas evidencias de que allí hubo algo delicioso! Eso sí, los rostros que generalmente acompañan tales muestras lucen una sonrisa que da fe de que allí mereció la pena pararse.

A pesar de todo, encontré esta jarra de barro que no delata si la foto se hizo antes o después, aunque quizá el cartel borroso puede dar alguna pista. He dudado al incluirla porque la terraza en la que se hizo está bastante lejos de cualquier costa, pero al final he pensado que el tour no estaría completo del todo si no hago una paradita en una terraza de mi ciudad, en lo que se ha convertido ya en un clásico que se repite desde hace varios veranos: cerveza acompañada de tortilla de patatas con pimientos en la Plaza de Olavide. Nos falta el mar, pero siempre hay algún músico que pone toda su buena voluntad en animar la velada.

¡Hoy, cerveza para todos! 


Estéis donde estéis, de vacaciones, en casa o trabajando, brindo con vosotros por estas banalidades que son las sal y la pimienta del verano: por las terrazas, los chiringuitos, los aperitivos, la cerveza fría (o... lo que sea) y por las jugosas charlas que surgen a su vera.



                                                       ¡¡Salud!!

martes, 16 de julio de 2013

Régimen de autoservicio

¡¡Blog!! ¡¡por qué me has abandonado!!

¡Huy! ¿me estaré equivocando? ¿no será al revés? 

Pero hasta aquí hemos llegado, de hoy no pasa que pase a dar una vuelta por el saloncito del café. Salí el 28 de junio y como quien dice he dejado colgados a los últimos visitantes que han pasado buscando su cafetito, así sin más, sin aviso de vuelvo en cinco minutos (siempre son cinco minutos, tardes lo que tardes) ni cartel de cerrado por vacaciones. Y ha sido así porque ni yo misma pensé que iba a dejarme el negocio patas arriba, al menos no era esa mi intención.

Sin embargo, como he ido descubriendo desde que asomé la nariz por estos andurriales y eché el blog a caminar, mi voluntad o mis intenciones acaban chocando con un extraño e independiente espíritu propio del blog que parece tomar sus propias decisiones cuando así le peta. 

Lo fácil es echarle la culpa al calor. Yo en estas fechas siempre lo utilizo como excusa y además, para qué negarlo, es que realmente puedo llegar a convertirme en Mister Hyde en algunos momentos y en los otros sencillamente me quedo sin fuelle. 

Entre que voy y que vengo, que ahora no puedo levantar un dedo, que es la hora de la siesta, que voy a darme un baño, que vamos a salir a tomar el fresco, que... las bicicletas son para el verano y mi cerebro sólo funciona a bajas temperaturas. 

Tras el desconcierto de los primeros días y un no querer hablar del tema y dejarlo correr, creo que hemos llegado a una tregua que beneficiará a todas las partes. Lo mejor es darnos un tiempo más largo del inicialmente previsto. Sin malos rollos, sin rencores, sin forzar la relación. Me voy a distanciar un poquito. 

No descarto que en un arrebato irrefrenable me dejé caer por aquí algún día para contaros algún chismorreo o para desahogar cualquier humor que amenace con enquistarse. No olvidaré en ese caso venir bien provista de un bolsón de hielos para el café o la copa, y por supuesto tampoco faltará un delicioso té helado. 

He recogido el salón y bajado las persianas. Los veladores y silloncitos quedan cuidadosamente colocados en posición de descanso. Echo una última ojeada para comprobar que todo queda en orden y cuelgo el cartel en la puerta. Pero para que aquellos que os asoméis no os vayáis con las manos vacías os dejo una pieza musical que me vino a la cabeza el otro día mientras le daba vueltas a una idea candidata a convertirse en entrada del blog a la que no conseguí dar forma con las palabras y ha quedado en este vídeo. Sé que da un poco de pereza, pero es muy cortito, podéis verlo casi sin sentaros. 



El último, por favor, que cierre la puerta.