¿Quedamos a tomar café?

Yo me dispongo a tomarme algún que otro cafetito mientras tecleo, intentando pensar con cada sorbo y escribir entre uno y otro disfrutando de un momento especial en el que pueda volcar ideas, opiniones, sobre libros, música, imágenes, dar rienda suelta a algún que otro desvarío, desahogar algún grito, espero que también algo de humor, a través de esta gran ventana virtual.

Abierta queda. Si alguien quiere tomarse un café conmigo bienvenido sea.

viernes, 22 de enero de 2016

Una canción. Otra chincheta.

Agárrate fuerte a mi, María
(Los Secretos, escrita por Enrique Urquijo)

Una canción con alma. ¿Encerrada entre sus letras  o soy yo quien se la pone al escucharla?


No se si importa en realidad. 



Una canción, la música... chinchetas a las que agarrarse para no caer al vacío, para escapar de la noche más fría.  Un grito de auxilio, una vía de escape al dolor, un deseo también y una esperanza...

Todo cabe, al escribirla, al interpretarla, al escucharla. Un puente, una vía de comunicación, un consuelo. Un lenguaje que todos entendemos, que no necesita traducción porque cada uno la entiende a su manera y todas las formas son buenas.


Pero no os preocupéis, que no hay que darle demasiadas vueltas al asunto. Creo que el alma y la música están bien liados en cada uno de nosotros y todos tenemos nuestras debilidades particulares.



El caso es que no puedo escuchar esta canción sin emocionarme. Me araña por dentro.


 "si acaso no vuelvo a verte olvida que te hice sufrir"

 "no quiero si desaparezco que nadie recuerde quien fui"

"volveré a por ti algún día, escaparemos de aquí"

"agárrate fuerte a mi, María, agárrate fuerte a mi,
que tengo miedo y no tengo donde ir"

¿Por qué? ¿Porque hay un niño por medio? ¿Por la forma en que murió Enrique Urquijo cinco años después de escribir esta canción dedicada a su hija? ¿Porque ella no fue suficiente para agarrarle a la vida? No importa. Quizá sólo es que me gusta el timbre de voz de este hombre y su forma de cantar. 

Puede que sea sólo una canción y esto es sólo un post-chincheta.



Para los que os animéis a ver el vídeo, advierto que tiene una calidad muy mala, pero creo que la interpretación en directo merece la pena.

domingo, 10 de enero de 2016

Chincheta con fotos: Morir en la playa


El otoño pasó suave, casi de puntillas, como sin querer pasar. Y sin embargo, su benevolencia no mejoró nuestro destino.

Aquí estoy hoy, de ayer ya no me acuerdo y mañana ¿quien sabe?

Expuesta siempre al capricho del azar, hoy arrumbada en este infinito desierto de arena, agradezco el sol que sin rendirse a la tiranía del calendario, calienta mis ateridos nervios.

Mañana quizá, pobres de nosotras, semienterradas en esta húmeda playa sólo podremos esperar a la fría ola que nos arrastre definitivamente a un fondo sin luz.




No hay escapatoria posible, nada puede hacerse para que la muerte no te alcance. Y una vez que has caído del árbol que te sostenía y alimentaba de nada sirve llorar por lo perdido, sólo queda dejarse llevar por el viento.



Durante un tiempo puede incluso ser divertido. Bailar y bailar, vueltas rápidas y vueltas lentas, subir y bajar, mirar debajo de las faldas, prenderse en un pelo rebelde, escapar a toda velocidad de unos pies crueles en su indiferencia. Aún tienes fuerzas, aun tienes flexibilidad y reflejos, aún sientes curiosidad por lo que se esconde tras esa esquina.


Pero poco a poco te quedas sin fuerzas, sin curiosidad y sin reflejos. Y duele cada vuelo y cada golpe y temes cada sombra que te acecha.                        Y esperas...


Una playa no es el peor sitio en el que acabar tirada, la arena te acuna, el sol llega sin obstáculos y pocos pies la transitan en estas fechas. A veces las olas son dulces contigo, a veces...

Y un día... el otoño se fue sin despedirse, y el invierno que remoloneaba indeciso se sacude la melena y nos enseña los dientes.
...y a nosotras ya no nos queda otro anhelo que dejar de ser, que desintegrarnos o fundirnos con la tierra, con el aire, con el agua:
                                          ¡Mar, ven y llévame contigo!