¿Quedamos a tomar café?

Yo me dispongo a tomarme algún que otro cafetito mientras tecleo, intentando pensar con cada sorbo y escribir entre uno y otro disfrutando de un momento especial en el que pueda volcar ideas, opiniones, sobre libros, música, imágenes, dar rienda suelta a algún que otro desvarío, desahogar algún grito, espero que también algo de humor, a través de esta gran ventana virtual.

Abierta queda. Si alguien quiere tomarse un café conmigo bienvenido sea.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Valorando el deterioro

¿No lo notáis? Seguro que sí. Huele a moho, a aire estancado, a polvo y olvido. Es lo que tienen las habitaciones cerradas, que rápidamente se convierten en sepulturas de recuerdos y residencia de fantasmas.

Tendré que abrir las ventanas para que el fresco aire otoñal arrastre los malos olores y a la luz nueva salgan los recuerdos a bailar conmigo mientras empuñamos la escoba para desalojar con buenos modos pero con firmeza a los fantasmas, arañas y demás bichitos que hayan buscado acomodo entre el polvo y las sombras.

Tiempo habrá de mullir los cojines y tal vez cambiar las cortinas y pintar las paredes, ahora voy a sentarme un ratito al borde de una silla, a escuchar las quejas de algunos fantasmillas a los que veo bastante molestos por su desalojo forzoso.

Ya me vino alguno, por cierto, con el cuento de que en algunas ocasiones hubo quien se acercó a echar un vistazo entre los visillos y de que alguna vez alguien incluso dio un par de golpecitos sobre la puerta. Les dedicaré por eso un poco de atención ya que con sus chismorreos sobre vuestras visitas han contribuido a traerme de vuelta. Desde tan lejos como me encontraba ha resultado decisivo sentir que el olvido no había conseguido aun tragarse por completo a Jara y sus cafés.

Quizá necesite algo de tiempo para que esto marche a buen ritmo, porque la verdad es que no acabo de tenerlas todas conmigo, aunque confío en el buen ánimo con el que vuelvo y en vuestra paciencia y cariño para que a estos primeros pasos les suceda otro y otro más.

Mientras charlo con mis fantasmas y pienso en el siguiente paso voy a poner un poco de música. Ya que hoy no puedo ofreceros café os invito a escucharla conmigo. 

¡¡A intentarlo!!

miércoles, 23 de septiembre de 2015

A la distancia de un agujero azul oscuro, casi negro

En la lejanía los tejados,
El verde a la espalda,
Bajo los pies, entre los dedos,
Infinitos granos de arena blanca.

Al frente... sólo azul y luz.

Un hueco, un paréntesis, un agujero en el tiempo para escapar de mi pellejo. Apurar los últimos rayos de un sol dulce sobre la arena. Como dulces, en suave murmullo, llegan las olas a la orilla. Murmullo que acuna unos pensamientos que se aferran a esta quietud de final de verano, a este placentero silencio de playa vacía de risas y juegos. Nubes altas que recorren perezosas el cielo y empañan, a ratos, el brillo de septiembre. 
Caminaré, caminaré en la frontera del mar, olvidada de lo que aguarda, tierra adentro, mi regreso. Sólo un paso tras otro. Una huella en la arena que el mar borrará tras de mi sin dejar rastro. Sólo el instante de una mirada que persigue a esa gaviota que levanta el vuelo. Sólo la brisa fresca enredada en el pelo, surcando arrugas, secando una lágrima.

No hay tiempo, no hay lunes ni hay martes, ni hora de cierre ni toque de queda. Sólo una multitud de pequeños demonios ocultos en las sombras, acechan mi paso detrás de esas piedras.

Dejadme, importunos, apurar este presente de humo antes de que las hojas del calendario llamen impacientes a mi puerta.