¿Quedamos a tomar café?

Yo me dispongo a tomarme algún que otro cafetito mientras tecleo, intentando pensar con cada sorbo y escribir entre uno y otro disfrutando de un momento especial en el que pueda volcar ideas, opiniones, sobre libros, música, imágenes, dar rienda suelta a algún que otro desvarío, desahogar algún grito, espero que también algo de humor, a través de esta gran ventana virtual.

Abierta queda. Si alguien quiere tomarse un café conmigo bienvenido sea.

martes, 4 de febrero de 2014

Donde habita el invierno

   No sé si habréis notado mi ausencia, ha sido por causa de fuerza mayor. Fui arrebatada, arrancada de mi rutina.

   Llegó el viento del norte como una tromba. Me enganchó por la melena y en volandas me llevó atravesando páramos y montañas, ventiscas y nevadas, hasta depositarme al borde de un precipicio, frente al mar. Allí me dejó, más aun con los pies en el suelo, siguió zarandeándome sin compasión, al punto que temí que a traición se enredara en mis piernas lanzándome como tributo al océano que rugía a mis pies. Pude echar mano al retorcido tronco de un árbol solitario que parecía esperarme, no para darme cobijo, porque sus finas ramas y discretas hojas no permitían amparo, sino para servirme de apoyo y acompañarme en aquella extraña aventura. Pude por fin, sujeta a su tronco, desafiar al viento y plantarle cara. Apenas mis ojos se posaron sobre el horizonte sentí una extraña atracción por aquel mar salvaje.

   Aquellas olas que crecían y se alzaban y avanzaban rugiendo hacia mi, me sumieron en un trance hipnótico. Una y otra vez, sin descanso, las veía formarse, elevarse imponentes coronadas de espuma y estrellarse furiosas contra las rocas, estallando y rompiéndose en millones de gotas. Allí donde no encuentran rocas siguen avanzando ciegas, arrastrando cuanto encuentran en su camino, hasta que la arena resignada de una playa las acoge y escucha su lamento antes de que las entrañas del mar las reclamen para continuar esta danza feroz.
   El frío me calaba hasta los huesos pero era incapaz de moverme. Rendida a la fuerza de la naturaleza, entre asustada y esperanzada, elevé mi ojos al cielo, pues sólo faltaba que desde allí arriba también quisieran dejarme claro quien mandaba allí. Lo encontré indeciso, cambiante, y en tanto se decidía, acabó haciendo un alarde de todas sus posibilidades. No sé si aliado con el viento o compitiendo con él, pasaba de la seda azul con encajes y tules blancos a suntuosos terciopelos en distintos tonos de gris. A su capricho, lo mismo podía sentir por un momento los suaves dedos del sol acariciando mis mejillas o las agudas y frías gotas de lluvia deslizándose por mi rostro.

   Cayó la noche y la luna no quiso salir. Me dejó sola frente al mar que la buscaba anhelante. Entre el viento que le llamaba a gritos. Bajo un cielo, que vestido de crujiente raso negro, la esperó en vano. Las estrellas quisieron contarme su secreto pero las nubes impertinentes interrumpían constantemente nuestro diálogo. Dejé de preguntar. Viento, mar y cielo me tenían atrapada. Me dejé envolver, me fundí con ellos. Sentí su fuerza, su poder y su belleza. Perdí la noción del tiempo. Quizá me quedé dormida y el viento, tal vez una ligera brisa, me trajo de vuelta a mi lecho.

   He abierto los ojos a una helada mañana y la escarcha ha crujido bajo mis pies. Con una sonrisa he saludado a los copos de nieve, que suaves, urbanos y conciliadores, me pedían disculpas, en nombre del invierno, por el rapto sufrido.




30 comentarios:

  1. El mar encabritado es una delicia para los ojos.
    Aunque estos días está rabioso...

    Besos.

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    1. Sí, creo que ha sido un ocasión única para contemplar un espectáculo increíble, aunque en algún caso su furia haya dejado consecuencias desagradables.

      Besos

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  2. Claro que se te ha echado de menos. Me alegro que esa tempestad te haya ddejado abrir los ojos.

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    1. Me hubiera gustado estar un poco más "conectada", pero la verdad es que he disfrutado muchísimo con la experiencia.

      Besos

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  3. Cuando vi el salón vacío, la cafetera apagada y la ventana abierta de par en par... me lo imaginé: un rapto ;) Pero al mirar por la ventana, vi también tus pasos en la nieve y entendí que era un rapto consentido :D
    Preciosa descripción. El viento a orillas del mar es de los espectáculos naturales más grandiosos... no me extraña que entraras en transe hipnótico: sólo con leerte, me ha pasado lo mismo.
    Un gran abrazo calentito :)

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    1. Acertaste Frambiose, digamos que me dejé raptar con mucho gusto y se han dado unas condiciones inesperadas que he disfrutado con ganas. La ausencia informática venía incluida en el paquete, no había opción.

      Besos

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  4. Tu ausencia se nota y se hace extraña. Claro que de saber que te habían secuestrado lo mismo me hubiera lanzado a tu búsqueda desde el mismo precipicio en el que el viento te dejó y el mar te arropó. ¿Arropar? no sé yo si tanto vaivén, humedad y frío se puede decir que arrope pero al menos seguro que ahora ya sabes quién manda. Y me parece que ni tú ni yo tenemos nada que hacer, salvo dejarnos sorprender mientras admiramos estos desmanes de la naturaleza.

    Beso sosegado y arropador!

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    1. Somos bastante insignificantes y aunque la maltratemos no dejamos de estar a merced de la naturaleza, pero desde el respeto creo que no hay mejor espectáculo que el que ella nos ofrece. Y aunque parezca extraño, yo me siento arropada por el viento y la lluvia, es cuestión de ir bien preparada para hacerle frente y disfrutar.
      Por cierto, se agradece mucho el interés por rescatarme, pero digamos que era difícil alcanzarme virtualmente hablando y yo tampoco te creas que hubiera puesto mucho de mi parte, jeje.

      Besos

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  5. Pues menuda virguería de post-descripción-reportaje-fotográfico de tu rapto. Ante un rapto semejante, SE TE DISCULPA PERFECTAMENTE LA AUSENCIA, vaya, que no hay color ni comparación posible entre la tridimensionalidad de esa maravilla y el redoble de tecla, jajajajaja...

    Un besazo!!!

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    1. ¡Vaya que me dejé raptar con sumo gusto! Aunque haya cargado un pelín las tintas en el tono dramático de la ausencia inevitable, ya sabes, para darle un poco de vidilla al texto, jajaja.

      Besos

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  6. ¿Y ni un susurro me trajo el viento? ¿ni una brizna de hierba dio la voz de alarma de que esta Jara había sido arrebatada? qué viento más cortante y qué frío más helador. Querida, no fuimos por ti porque sabíamos que encontrarías el camino de vuelta a casa, a la escarcha y al crujir bajo tus pies, una espera con la tacita cálida en la mano siempre se hace más llevadera y desde el rincón último te estábamos, sin pausa pero sin prisa. Tu regreso ha sido una ráfaga preciosa, invernal pero con buena temperatura.
    Un beso

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    1. No quise yo tampoco hacer demasiados aspavientos, o que había cierto consentimiento en dejarme llevar aunque hubiese deseado no estar completamente "incomunicada". En realidad el frío y yo hacemos buenas migas y estoy encantada con el espectáculo que me ha brindado el invierno.
      Lo que es realmente reconfortante al volver a casa es reencontrar a los amigos en torno a una taza de café bien caliente.

      Besos

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  7. Unas fotografías preciosas, como aficionada a la fotografía he disfrutado mucho.

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    1. Muchas gracias por tu visita Lina, me alegra que te hayan gustado las fotos y hayas disfrutado compartiendo este café conmigo.

      ¡Bienvenida!

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  8. Yo he disfrutado de las fotografías y de tus palabras...Me alegro de que estés de vuelta.
    Besos !

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    1. Me alegro de que hayas pasado un buen rato Vanedis. Pasada la tormenta, volvemos a la rutina y a disfrutar de cafés en compañía.

      Besos

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  9. Habita el invierno, pero no el olvido.
    Y, sí te recordamos.

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    1. Gracias mariajesús por la visita. Me he acordado de ti durante estos días, allá por el norte.

      Besos

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  10. Nunca hubiera imaginado que tu ausencia fuese debida a un rapto, jajaja.
    Bueno me quedo mas tranquila al comprobar que estuviste en buenas manos y disfrutando de lo que te gusta.
    Me alegra tu vuelta. Besos.

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    1. No me ha quedado más remedio que confesar que realmente he disfrutado de estos días invernales, pero he sentido estar tan incomunicada y alejada de este mundillo.

      Besos

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  11. Parece qeu has disfrutado con tu rapto, así que no tenemos que preocuparnos. Pero para la próxima vez llama! Para hacerte compañía...
    Besotes guapa! Me alegro de verte de nuevo por aquí!

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    1. Tan de sopetón fue que no me dio tiempo a avisar. Os hubiera llevado a todos conmigo, pero ahí si que no hubo nada que hacer.

      Besos

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  12. Bueno lo que deduzco de tu rapto es que al final parece que lo hayas pasdo bien y todo jejeje Has relatado perfectamente la situacion. aunque veo que te encuentras bien
    unos besotessssssssssssssss

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    1. El invierno ha sido un poco brusco, pero confieso que me encanta. Lo que pasa es que había que "adornar" de alguna forma el cuento, jejeje.

      Besos

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  13. Tu Ausencia se ha notado y mucho.
    Aquí tenemos un Tiempo muy similar y el Tiempo, con esta dichosa Ciclogénesis ha hecho mucho daño por la Costa Occidental de Asturias...Las fotografías son parecidas a las que tenemos por aquí.
    Personalizar mi Agradecimiento en Tu Persona por el Gran Apoyo y Estímulo que me has dado durante estas 10 Semanas...¡¡¡Se dice pronto!!! y ser un Encanto de Ser, dándome Todo Tu Cariño e Implicación...¡¡¡Gracias, de nuevo, jamás olvidaré este Corazón Adorable y Tu Ser y Estar de Compromiso, Esperanza y Aliento conmigo!!!
    Abrazos y Besines Mil desde Asturies.

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    1. La naturaleza es hermosa pero no tiene misericordia y cuando se desata nos tiene en sus manos.
      Gracias a ti Pedro por tus visitas y tus palabras. Eres un ejemplo para todos.

      Besos

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  14. Un magnífico relato. Un magnífico ejemplo de prosa poética.
    Enhorabuena.

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    1. Gracias por tu visitas y tus palabras. Bienvenido. Estaré encantada de compartir un café y un rato de charla si te apetece volver por aquí.

      Besos

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  15. La cara del invierno, fría como el mármol; pero tambien agradable cuando nos regala estampas nevadas, rayos de sol, escarchas plateadas...

    Bss.

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    1. El invierno puede ser cruel y duro, pero también muy bello. Por lo menos a mí me encanta.

      Besos

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