¿Quedamos a tomar café?

Yo me dispongo a tomarme algún que otro cafetito mientras tecleo, intentando pensar con cada sorbo y escribir entre uno y otro disfrutando de un momento especial en el que pueda volcar ideas, opiniones, sobre libros, música, imágenes, dar rienda suelta a algún que otro desvarío, desahogar algún grito, espero que también algo de humor, a través de esta gran ventana virtual.

Abierta queda. Si alguien quiere tomarse un café conmigo bienvenido sea.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Libros del verano -I

Ya está bien de entradas morriñosas. Ya iba siendo hora de currar un poquito y dejar de marear la perdiz del verano. Pero antes del cierre definitivo de la temporada he tenido que encararme con los libros de estos dos últimos meses, que no están en absoluto de acuerdo con mi decisión. ¿Y nosotros qué? tú, solo tú, siempre tú, tu playa, tu pueblo, tus neuras, ¿y no hemos sido nosotros, acaso, una parte importante y básica para que ese verano del que tanto hablas haya merecido la pena? ¿Nos vas a dejar aquí olvidados, sin mas?

Yo he intentado razonar con ellos, explicarles que no me siento demasiado dotada para hacerles justicia, que como me cuesta tanto me absorbe mucho tiempo y me ocasiona un problema, pero no ha habido forma. Me conocen bien y me han atacado donde más me duele. Ellos, siempre a mi disposición, siempre fieles, dejándose llevar y traer entre toallas húmedas o permaneciendo horas bajo el sol sin protección alguna, han enmudecido a la razón para que los sentimientos se escaparan de entre sus páginas y pasaran rozándome el corazoncito, ¿cómo no darles voz, si este espacio nació por ellos?

Aunque creo que este verano me ha cundido menos que otros, al final han sido unos cuantos libros y después de todo lo anterior no voy a dejarme a ninguno fuera, no habría quien aguantara luego los reproches, que son muy corporativos y se apoyan mucho los unos a los otros, no tienen ningún afán de competición, cada cual está satisfecho con el papel que ha jugado, incluso aquellos que me han hecho menear un poco la cabeza no del todo satisfecha con su contenido. Ellos ponen de su parte todo lo que pueden, lo que yo obtengo con su lectura es única y exclusivamente responsabilidad mía.

Hay mucha gente que habla de lecturas veraniegas y suele entenderse como lecturas ligeras, fáciles, libros que no necesiten mucha concentración ni hagan pensar mucho. Puro entretenimiento sin más trasfondo. Yo, la verdad, es que no distingo mucho entre estaciones del año a la hora de leer, si acaso, dejo precisamente para las vacaciones, que es cuando más tiempo tengo y más facilidad para concentrarme en la lectura, libros de más peso, más densos o difíciles a priori. Pero en general, me gusta mucho variar y este verano ha habido un poco de todo.

Empezamos con una novela histórica: La reina descalza de Ildefonso Falcones. Una interesante historia de la vida de los gitanos en la España del siglo XVIII, principalmente en el barrio de Triana de Sevilla, pero también en Madrid, con dos protagonistas femeninas que se quedarán conmigo mucho tiempo. Me gustaría dedicarle a esta novela un papel protagonista fuera de esta pequeña obra coral. Aunque no se lo he prometido, que las promesas atan mucho y yo bastantes sogas tengo por otros lados.

De la novela histórica al género negro, de Sevilla, al Raval de Barcelona en la actualidad con el detective Atila, protagonista de una serie de Luis Gutiérrez Maluenda, que comienza con la novela Mala hostia. Me ha recordado este detective venido a menos a Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán, aunque, de momento al menos, no le alcanza. Una novela corta, ágil y entretenida. Justo de esas que suelen caer bajo el epígrafe de novela veraniega. 


Mi siguiente lectura cambia por completo de tono. Lo importante no es lo que pasa en las calles, sino lo que ocurre en la mente de sus protagonistas. En El sueño del otro, de Juan Jacinto Muñoz Rengel, cuando Xavier se duerme sueña la vida de André y André sueña la de Xavier en cuanto cierra los ojos. ¿Son los dos reales? ¿Hay uno real y otro no? Lo mejor del libro para mi gusto es la atmósfera que se crea. El problema una vez metido en el laberinto es encontrar una salida satisfactoria. Para mí ese ha sido su punto débil, el final no ha terminado de convencerme. Eso sí, la tensión que va creciendo durante todo el libro y las preguntas que te planteas constantemente te mantienen muy entretenida.

Nuevo giro para irme con Philippe Claudel y La nieta del Sr. Linh. Tenía pendiente desde hace algún tiempo conocer a este autor del que no paraba de leer buenas reseñas de sus novelas en otros blogs. Tengo también Almas grises esperando turno, pero decidí empezar con el Sr. Lynch porque siendo una obra cortita podía ser una buena toma de contacto. Quizá lo peor que puedo decir de ella es precisamente que me ha sabido a poco. Yo me froto las manos cuando me enfrento a las novelas tipo tocho, me encanta meterme a fondo en las historias y cuando son tan cortitas siento que me falta tiempo para establecer la complicidad suficiente con los personajes. Esto es lo que me ha pasado con el Sr. Lynch, que quería seguir acompañándole en su aventura como exiliado forzoso y desarraigado, en su preocupación por su nieta, única razón para soportar haber tenido que dejar atrás su tierra, su vida, su familia. Pero en realidad, Claudel le da la duración justa, la que esa historia necesita. Y a nosotros nos queda al cerrar el libro, a mí al menos, una sonrisa en la boca y una agradable sensación de ternura. 

Cerré el mes de julio con la que a mi juicio es la novela más compleja del ese mes y creo que de todo el verano, hasta el punto que me gustaría dedicarle una entrada para ella sola. Al igual que con La reina descalza, no prometo nada porque no me fío de mí ni un pelo a la hora de intentar imponerme algo así, porque me salto mis propias intenciones o propósitos en cuanto el aire cambia de dirección. Por lo mismo es imprescindible que hoy la mencione y la destaque. Se trata de La buena novela de Laurence Cossé. No me atrevo a deciros si me ha gustado o no, lo que puedo aseguraros es que me ha hecho plantearme muchas preguntas, pensar mucho y mantener largas discusiones hipotéticas con la autora y conmigo misma al respecto de qué o cuales son las buenas novelas. Como resumen diré que me parece casi imprescindible para todos los que consideramos que las palabras "lector empedernido" sirven para definirnos.

Como esto se ha alargado mucho creo que lo mejor será dejar las novelas de agosto para otro momento. Se me alborotan un poco las afectadas pero ahora mismo les explico que es mejor ser las primeras otro día y pillar a la gente descansada y con ganas, que cerrar hoy con el público ya un poco cansado. 

Ahora toca levantarse, estirar las piernas, servirse otro café y en corrillos o de uno en uno, participar en la tertulia. ¿Quién quiere empezar?

11 comentarios:

  1. Me apetece mucho leer el de Mala Hostia... con lo que llegué a disfrutar con Carvaho y Biscuter...

    Besos.

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  2. Creo que todos merecen la pena ser leídos...Así que me los apunto.
    ¡¡¡Gracias por compartir tan buena información!!!
    Abrazos y besos.

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  3. Tengo tal pila de libros esperándome impacientes en mi librería que me siento muy avergonzada del poco tiempo que les he dedicado este verano. Allá por junio, terminé de leer "Si a los tres años no he vuelto", de Ana R. Cañil, (recomendable)y comencé "No me cuentes tu vida" de Luis Gª Montero (no recomendable). Hace tiempo que me suelo tirar meses con el mismo libro entre las manos. Eso, cuando lo acabo, porque hay muchos que los dejo en el camino, para siempre o en espera de otra oportunidad. De los que citas, llamarme, llamarme, no me llama mucho la atención ninguno... quizás el de Ildefonso. Hablo de novelas, ensayos u otro tipo de lecturas, claro. La poesía la tengo a mi vera con asiduidad. ¿Deformación lectora? Seguro. Un besito, Jara.

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  4. Pues voy a decir como Koncha: me siento avergonzada cuando compruebo que llevo tanto tiempo con el mismo libro y los que he dejado a medio camino.
    No lo puedo remediar: me llaman tantas cosas fuera de casa... jardín, huerto, senderismo, piscina, paseos en la arena, nadadas... que casi no abro un libro, o si lo abro es de consulta (de los mismos temas :D )
    Sigo con "El río que nos lleva" de Sampedro desde... ni lo recuerdo. Me recreo en cada meandro: me encanta.

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  5. :) Se me olvidó... el beso y la sonrisa. :)

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  6. Muy buena entrada. Me gustaría saber más de La Reina descalza. Me han hablado también bien de un libro, La tienda de los recuerdos perdidos. ¿LO has leído? Mi presupuesto para comprar libros es muy ajustado y tengo que elegir bien. Ahora estoy leyendo Las cenizas de Angela, que es uno de esos libros que no me hacía el ánimo de leer. Me está resultando muy duro. Gracias por tus recomendaciones.

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  7. Me decanto por la nieta. Por lo que dices, es el tipo de novela que me gusta.

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  8. Pendiente de leer: La reina descalza. Leído: El sueño del otro. Me encantó.
    Besos,

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  9. El sueño de otro es el que menos me llama. Y tengo que leer esa novela de Claudel pronto, que me está llamando, me grita ya.
    Besotes!!!

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  10. El único que he leído es La reina descalza que me gustó mucho y el resto también están en mi listado, lo que no sé es cuando les llegará el turno
    besos

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  11. La reina descalza reposa en mis estantes, paciente, la pobre, le tengo ganas pero claro, todos sus corporativistas acompañantes empujan fuerte. La buena novela, qué polémica en cierto sentido, yo estoy muy satisfecha de haberla leído por eso de la discusión, aunque como novela en sí misma tiene algunas fallas importantes. Si hay versión extendida, me extiendo.
    La nieta es corta pero intensa, la verdad es que con Caludel ya siento debilidad, Almas grises no será corta pero sí diferente. El de Rengel... los de Alrevés (ese Mala hostia y otros). En fin, me gusta el catálogo ¡mucho! tú sí que sabes :)
    Besos

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