Aquí
paz,
y
después gloria.
Aquí,
a
orillas de Francia,
en
donde Cataluña no muere todavía
y
prolonga en carteles de «Toros à Ceret»
y de
«Flamenco's Show»
esa
curiosa España de las ganaderías
de
reses bravas y de juergas sórdidas,
reposa
un español bajo una losa:
paz
y
después gloria.
Dramático
destino,
triste
suerte
morir
aquí
—paz
y
después...—
perdido,
abandonado
y
liberado a un tiempo
(ya sin
tiempo)
de una
patria sombría e inclemente.
Sí;
después gloria.
Al
final del verano,
por las
proximidades
pasan
trenes nocturnos, subrepticios,
rebosantes
de humana mercancía:
manos
de obra barata, ejército
vencido
por el hambre
—paz...—,
otra
vez desbandada de españoles
cruzando
la frontera, derrotados
—...sin
gloria.
Se paga
con la muerte
o con
la vida,
pero se
paga siempre una derrota.
¿Qué
precio es el peor?
Me lo
pregunto
y no sé
qué pensar
ante
esta tumba,
ante
esta paz
—«Casino
de
Canet: spanish gipsy dancers»,
rumor
de trenes, hojas...—,
ante la
gloria ésta
—...de
reseco laurel—
que
yace aquí, abatida
bajo el
ciprés erguido,
igual
que una bandera al pie de un mástil.
Quisiera,
a
veces,
que
borrase el tiempo
los
nombres y los hechos de esta historia
como
borrará un día mis palabras
que la
repiten siempre tercas, roncas.
Mañana del viernes y me conmueven tus palabras. Has dicho cosas de esas que pertenecen a las "verdades como pianos de cola". La crudeza de los hechos que narras sobre unos versos magníficos (no te hago la pelota, acaso sobre decirlo)
ResponderEliminarUn besazo
Adoraba, bueno, sigo adorando a Ángel González!!
ResponderEliminarBesines,
Cuántas verdades en estos versos. ¡Qué grande es Ángel González!
ResponderEliminarBesotes!!!
Un poema magnífico que, con tu permiso, me apunto en mi cuaderno de poesía.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias por vuestros comentarios, por parar un momento a leer a este gran poeta en su homenaje a otro grandísimo poeta.
ResponderEliminarBesos
Los amigos de mis amigos son mis amigos , dicen.
ResponderEliminarDe jovencita desde el país vecino (pero muy lejos de Colliure), gracias a la voz de Serrat conocí a Machado que inspiró a Angel Gonzalez que gracias a ti, conozco ahora.
No soy muy de leer poesía, me gusta más la prosa poética pero ultimamente...
Besos
Siempre he sido mas lectora de novela que de poesía, pero ultimamente le dedico mas tiempo y disfruto mucho con ella. A Angel González le descubrí no hace mucho y es una maravilla.
EliminarBesos
¡Que ya estoy aquí! Perdón por el retraso... Ya sabes... Por lo que significa y por la belleza del lugar es una de las citas a las que no se puede faltar. Visitar Collioure y el hogar de piedra de Don Antonio Machado. Ahí dejamos nuestras huellas, tu amiga Lucía y yo, hace unos cuantos años. Y la poesía que nos has traído, del gran Ángel González, acompaña perfectamente.
ResponderEliminar¡Gracias, Jara!
Besazos.
¡Pues ya iba siendo hora, que el café se te ha quedado helado!
EliminarEncantada de tenerte por aquí y bienvenido.
Besos
Je, je... ¿Se puede? No te cuento de quién es la culpa, pero hay varias personas interesadas en que últimamente no lleve una vida tranquila y relajada para poder visitar los rincones amigos. ¿Acaso el autor del comentario que me precede podría ser una de ellas? Ahora, ya en serio, te digo que los versos que nos dejas, rodeados por la cruel aspereza de la muerte, son un estremecedor y sincero homenaje a un poeta irrepetible. Un beso.
ResponderEliminarSe puede, se puede. Siempre hay un cortadito a punto para leer con calma a este gran poeta.
EliminarBesos