Por fin trajo el verde mayo
correhuelas y albahacas
a la entrada de la aldea
y al umbral de las ventanas
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No tengo espíritu primaveral, mi ánimo se acomoda mejor a las tardes otoñales y las frías y claras mañanas del invierno, al sonido de la lluvia y el viento, al cielo preñado de nubes que al de un azul impoluto. Me gusta quizá el primer atisbo de la primavera, cuando antes de que las plantas la presientan de repente una mañana al abrir la ventana sientes que el aire ha cambiado de textura y huele distinto, sí, el aire con su hálito sutilmente cálido me anuncia que el invierno se retira y quizá entonces recibo como una agradable caricia esos primeros rayos más cálidos de sol. Pero conforme se eleva su arco y se alargan los días y sus rayos empiezan a picar en la piel, dejan de parecerme agradables para convertirse en un incordio.
Sin embargo mi desapego por ella no me impide apreciar su lado más hermoso. Así como el otoño es para los bosques, el invierno para la montaña y para el verano la playa, la primavera es para el campo, para ese campo que se muere de sed en verano y reposa aletargado en invierno pero estalla en mil colores cuando saciado de lluvia se calienta dulcemente con esos mismos rayos que a mi me incordian cuando piso el asfalto.
Y mayo es el mes en el que el campo se viste de fiesta, donde reinan las flores silvestres y se empiezan a levantar las orgullosas espigas en los campos de cereales. Es el mejor momento para apreciar la belleza del bosque mediterráneo y de las dehesas, salpicadas del blanco de las jaras, el amarillo de la retama, el morado del cantueso y el rojo de las amapolas. El delicioso olor de la tierra húmeda a la caída de la tarde en la ribera de uno de esos ríos que pierden el nombre en verano y ahora muestran orgullosos la rica vida que los puebla.
Hay mucho donde escoger para recrearnos en este espectáculo tan hermoso como efímero, doblemente hermoso por lo efímero que es, pero mi corazón tiene querencia natural por un rincón de la provincia de Ciudad Real, allí donde sus dehesas se hermanan con las extremeñas en un paisaje bellísimo de horizontes lejanos, de suaves lomas y cielos infinitos. Y como año tras año he ido acumulando una variada muestra porque no consigo cansarme de fotografiarlo, he reunido en un vídeo algunas de ellas, con la seguridad de que en este caso, las imágenes valen más que las torpes palabras que pueda intentar reunir.
Abrid esta ventana mágica y dejad que la primavera se cuele en vuestra casa. ¡Espero que os guste!
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Con luna y aves, las noches
son vidrio de puro claras;
las tardes, de puro verdes,
de puro azul, esmeraldas;
plata pura, las auroras
parecen de puro blancas
y las mañanas son miel
de puro y puro doradas.
Campea mayo amoroso
que el amor ronda majadas,
ronda establos y pastores,
ronda puertas, ronda camas,
ronda mozas en el baile
y en el aire ronda faldas...
Romancillo de mayo, de Miguel Hernández
Precioso vídeo y música, acompañado por una entrada que contagia primavera en todas las lineas. Besicos.
ResponderEliminarEspero que te haya servido para abrir boca que por ahí arriba irá más atrasada y aunque tengáis mucho verde las flores todavía no habrán asomado.
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oye , pero ke maravilla , d video ¿ lo has echo tu solita? ke envidia !!!!
ResponderEliminary el romance de mayo...genial !! no lo conocía !! mil besos !!1
Me alegro de que te haya gustado y gracias por pasar a tomar este café con flores.
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Muy bonito el vídeo. En las imágenes me ha parecido reconocer algo del del precioso Valle de Alcudia.
ResponderEliminarMe han gustado tu entrada dedicada a todo lo que nos ofrece la primavera. Pena que siempre nos resulte demasiado corta, en dos días estará todo achicharrado por el sol del verano.
Besos.
Sí Rafaela, has visto muy bien, ¡cómo no iba a reconocerlas!, no sé exactamente cuantas pero desde luego hay más de una del maravilloso valle de Alcudia y es cierto que dura muy poquito y enseguida se agosta pero aunque no sea tan espléndido cuando el campo está dorado también puede ser bonito, sobre todo a la caída de la tarde.
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Tampoco soy muy de primavera, que con la alergia no me llevo muy bien con ella. Pero es verdad que tiene sus encantos y nos deja paisajes bellísimos. Preciosa entrada!
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Qué me vas a contar de la alegia! tengo dos ejemplos bien cercanos para los que la primavera es una tortura, pero hay que intentar verle el lado bueno :)
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Pues, sí: cuanto más cortas son las cosas, más nos gustan.
ResponderEliminarBueno, en mi situación, viviendo en la aldea (y viviendo su ritmo aldeano), la primavera es un lujo.
Aunque el otoño, también.
Creo que te puedes imaginar que me das un poquito de envidia, muy sana eso sí. Sin duda en la aldea se disfruta mucho mejor de esta época que en la ciudad, supongo que allí lo que se hará más duro será el invierno.
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Que entrada tan bonita
ResponderEliminarGracias albanta por acompañarme en este café, me alegra que te haya gustado.
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Me quedo con el texto de primeras y la preferencia por otoños, lluvias, etc. Mañana vuelvo a por el vídeo que ahora no tengo audio :)
ResponderEliminarUn besito
No es muy común encontrar gente que prefiera el otoño y las lluvias a la primavera, en mi trabajo al menos me queda más sola que la una en mis comentarios. Cuando la gente gruñe por la lluvia y el mal tiempo yo estoy encantada y en estos días que dan palmas por el "buen tiempo" yo empiezo a protestar porque el sol me sobra enseguida. Produce cierto alivio ver que no soy tan "rara" :)
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Una Entrada Primaveras con este Video, esta Música...Estas Palabras.
ResponderEliminarAbrazos y besos.
Gracias Pedro por pasarte a compartirlo.
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Yo también soy más sensible al otoño que a la primavera: quizá porque en la sierra madrileña, ella no se deja saborear al pasarse tan rápido al sofoco estival que lo agosta todo. Así que... ¡a disfrutarla esos días que pasan tan pronto!
ResponderEliminarPreciosas fotos como siempre. Y la música.
Y preciosas palabras, las tuyas y las de Miguel Hernández.
Besos
PS Todavía no han abierto las jaras aquí. ;)
La sierra no es el mejor entorno para que la primavera se luzca en condiciones y ahora todavía es un poco pronto para esas alturas, supongo que las jaras florecerán más cerca de junio ¿no?. Lo bueno es que al vivir allí puedes disfrutar su brevedad. Los urbanos tenemos que hacer una escapada que nunca dura más de unos pocos días y recurrir a "encerrar" los paisajes en las fotos.
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¡¡¡Hoy sí han abierto las primeras jaras!!! En dos días esto se pone como nevado de flores. :))))
EliminarEs cierto dura muy poco cada flor, unas horas, de sol a sol pero cuando termina una empieza otra... y cuando terminen todas, venimos aquí a tomar café en tu compañía. ;) :))
Besos, Jara (con mayúscula)
Las pobres plantas deben andar un poco desconcertadas, las flores que estuvieran dispuestas a salir se abrán pegado un susto mortal. No sé bien como de alto estás en la sierra pero para hoy se han anunciado nieves y no me extraña porque aquí abajo, además de llover, ha hecho mucho frío.
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Halaaaaa, menudo PEASO VÍDEO te has currado, vaya tela.
ResponderEliminarPues el caso es que a mi el calor me toca mucho las narices. Ser, soy de otoño, y de diciembres nevados y olor a leña en el fuego del hogar. La primavera me gusta un poco por lo que dices, al principio y por el contraste. El verano me gusta por la playa y de noche, o a partir del atardecer. Vamos, que cuando Helios señorea a lo burro yo me pongo las gafas de sol y casi me escondo de incógnito entre las sombras de cualquier cosa que la ofrezca, jajajaja
Un beso
Sin duda somos del mismo clan. El verano no me gusta nada de nada, sólo lo soporto mientras duran las vacaciones y el sol un poquito en la playa porque ni de noche lo aguanto según qué días.
EliminarPero... hay que sacarle algo de jugo a lo que toca en cada momento y ahora toca primavera.
Besos
QUe chulada!!!!
ResponderEliminary aquí que salvo dos días sigue siendo invierno... pues yo me niego a sacar la chaqueta otra vez!
He dicho!
Besos
Yo he tomado esa actitud más de una vez, sobre todo cuando después de unos días pega un cambio brusco el tiempo y me pilla con que ya he cambiado la ropa de temporada, ¡si está guardada, está guardada! ¡faltaría más!
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P.S. por cierto, tras unos días de sol justiciero esta tarde llueve, menos mal que acabo de empezar con el trasiego de ropa y a las chaquetas aún no les ha tocado.
Todos@s mis seguidores@s tenéis una flor dedicada en el Jardín de mi Blog.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias Charo, enseguida pasaré a verla.
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A mi también me resulta mejor vivir las mañanas del invierno y los días otoñales , no me gustan las estaciones intermedias , aunque, la primavera es un regalo de luz y colores , de estallido de fuerza... Preciosa las Foto y el Vídeo me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo
La primavera me gana en los primeros días precisamente por el contraste y el estallido de colores, pero me temo que me canso enseguida, en cuanto el sol empieza a apretar un poquito.
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El otoño me mata.
ResponderEliminarY el invierno me entierra.
Renazco en primavera.
Y en verano brillo algún día.
Aquí no coincidimos para nada.
EliminarA mí el verano me mata, renazco en otoño y en invierno estoy a tope, en primavera aguanto al principio y me arrugo en cuanto empieza a picar el sol.
Besos
Que bellos paisajes se ven el Vídeo y las Amapolas lindas, hasta la flor del cardo.
ResponderEliminarTe Felicito por tu buen Trabajo al hacer este Vídeo. Y el acompañamiento musical le va muy Bien.
Saludos, manolo
http://marinosinbarco.blogspot.com.es/
Muchas gracias Manolo por tu visita y tu comentario. Me alegra que te haya gustado y cuando te apetezca pasar por aquí a compartir otro café o infusión estaré encantada de recibirte.
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"Las noches son vidrio de puro claras..." Las únicas noches oscuras que conozco son las invernales. Así que, mis preferencias estacionales quedan al descubierto. Lo que realmente me deja tiritando es el frío. No lo soporto. ¿Se puede borrar el invierno del calendario? Un besito, Jara.
ResponderEliminarBueno Koncha las veladas de invierno arrebujada al calor del hogar también tienen su encanto, para mí mucho más que dar vueltas en la cama empapada en sudor.
EliminarCreo que afortunadamente no se puede borrar el invierno, porque si fuera posible entonces yo borraría el verano y a poco que nos descuidáramos nos quedaríamos sin estaciones. Habrá que aguantarse con uno y otro y aprovechar los intermedios.
Besos
Qué bonito. Yo también soy más de otoño pero por aquí, por el norte ya nos v haciendo falta algo de cálido sol, de luz...
ResponderEliminarBesos,
Toda cansa. A mi en realidad me encanta que se alternen las estaciones, aunque por gusto alargaría unas y acortaría otras. De todas formas cuando la lluvia persiste día tras día la aparición del sol es una bendición y hay que aprovecharlo, yo es cuando más lo agradezco.
EliminarBesos
Yo también soy más de otoño, me gusta la lluvia aunque cuando no cesa y llueve y llueve sin parar, me cansa. Esta misma tarde ha llovido en Jaén, y como me inspira la lluvia he escrito sobre la primavera tardía y el invierno que no acaba de irse. Con tu permiso abro la ventana que nos ofreces.
ResponderEliminarBesicos.
Este año el invierno se resiste a dejarnos. Por Madrid además de llover hemos vuelto a temperaturas invernales. No es que me importe mucho pero me descolocan estos cambios bruscos.
EliminarBesos
BUENO MIGUEL HERNÁNDEZ ES UNO DE MIS AUTORES PREFERIDOS.
ResponderEliminarLINDA ENTRADA, ALEGRE, LLENA DE VIDA... ESPERANZADORA DIRIA YO. ES QUE DESPUÉS DE LOS FRIOS NACEMOS DE NUEVO. YO ESTOY POR ENTRAR EN EL ARDUO INVIERNO. YA HACE MUCHO FRIO POR ARGENTINA.
BESOS
¡Me encanta Miguel Hernández! Es uno de mis poetas favoritos.
ResponderEliminarGracias por compartir una de sus poesías.
Por cierto, tienes un blog estupendo, te sigo.
¡Besos!