¡Mañana empieza el mes de junio y el curso
escolar está ya en su recta final! ¡Hay que empezar a pensar en las vacaciones!
Aunque apenas nos hayamos dado cuenta con esta primavera lluviosa y fresca que
estamos teniendo, lo cierto es que el verano está a la vuelta de la esquina. Y
vosotros, ¿no estáis ya suspirando por la llegada del buen tiempo?
¿Cómo van esos planes de cara al próximo
verano? ¿Habéis elegido ya el destino? ¿Sois de los que volvéis año tras año al
mismo sitio para acomodaros en una rutina relajante y placentera? o por el
contrario ¿os gusta variar y cada año buscáis la sorpresa del
descubrimiento?
La verdad es que a estas alturas casi habría
que tenerlo ya reservado pero por si aún os lo estáis pensando y no habéis
decidido todavía hacia donde vais a encaminar vuestros pasos este año voy a
dedicar este viernes de viaje a un destino típicamente veraniego, al destino más
veraniego de todos. Efectivamente, hoy vamos a la playa. Seguro que más de uno está pensando: ¡pues vaya! qué poco original es esta chica, y efectivamente, de original nada de nada, pero es que en las vacaciones hace falta descansar y para eso la playa es ideal.
Si hablamos de playa, ya supondréis que hoy quizá no resulte fácil adivinar a dónde os he llevado, porque en España nos pueden faltan muchas cosas, como oro, petróleo, trabajo y una ley de educación que no cambie cada vez que cambia la dirección del viento, pero si hay algo que nos sobra, además de pillos, charlatanes, chorizos y leyes de educación, son kilómetros de playa. Las tenemos para todos los gustos y de variados colores, asomadas a mares cálidos y fríos, azules y verdes. Hoy os traigo una pequeña muestra de ese extenso litoral acompañada, por supuesto, de otros puntos de referencia que hagan el viaje más ameno e interesante, porque no solo de arena y mar viven las vacaciones y convenientemente aderezadas ganan en intensidad y disfrute. Así que...
Coge tu sombrero y póntelo,
vamos a la playa, calienta el sol.
Chi ri bi ri bi po po pom pom,
chi ri bi ri bi po po pom pom.
Para ayudaros en el intento de adivinar hasta donde hemos ido hoy, os diré que tiene la ventaja de poder elegir no una, sino un montón de playas y calas. Las hay grandes y pequeñas, al pie del hotel o escondidas y accesibles solo por mar. Como no es fácil en un sólo viaje de vacaciones ir a todas, tenemos la opción de hacer una excursión en barco y verlas desde el mar.
Después de la playa, ya sabéis, toca paseo. En una ciudad con mar uno de sus puntos más atractivos, al menos para mí, es el puerto. Este es pequeño, pero con mucho encanto, ¿no os parece?
Si además de tomar el sol os gusta conocer la zona que visitáis, aquí tenemos muchas buenas opciones sin tener que desplazarnos mucho.
¿Qué os parece el viaje de hoy?
¿Os dice algo esta luz, este mar, estos colores?
¿Alguno sabe que caminos se abren tras esa puerta?