"Mujer joven leyendo en una ventana" Delphin Enjolras |
"La lectura es uno de los más extraños prodigios de la memoria y de la vida. De una manera aun más sutil que la oralidad, el acto de leer supone un encuentro de dos singularidades, de dos mentes que entrederraman sus particulares experiencias"
Emilio Lledó
Hace mucho que no nos tomamos un café hablando
de libros y literatura ¿verdad? Pues el 15 de enero me parece una bonita fecha para hacer
un repaso de las lecturas del año pasado. No pretendo valorar si han sido muchas o pocas, en primer lugar porque siempre serán muchas menos de las que me hubiera
gustado leer. El deseo, los múltiples deseos, se estrellan sin remedio con la
realidad de un tiempo siempre escaso. Asumidas mis limitaciones me interesa mucho más ver cuantas han supuesto una
satisfacción, un descubrimiento, el placer de cumplir un propósito adquirido
conmigo misma y sobre todo repasar los buenos momentos que determinados libros
me han deparado y compartirlo con vosotros, con la curiosidad por saber vuestra
opinión o vuestra propia experiencia en aquellos títulos o autores en los que
podamos coincidir. Como es lógico en el balance hay de todo: bueno, menos
bueno, del montón, olvidables e inolvidables. Como en todas las casas. En
general me siento satisfecha con el conjunto. No ha habido abandonos por
incompatibilidad, ni por aburrimiento y no soy de las que acaban todos los libros
que empiezan, precisamente porque me parece un desperdicio dedicar mi escaso tiempo a
un libro que no me aporta nada, cuando hay tantos aguardando su oportunidad de
deslumbrarme. Sí ha habido decepciones, aunque éstas, generalmente, son más
achacables al lector que al libro y unas cuantas del montón, de las que te
entretienen un rato sin mayores consecuencias. A mi de lo que me apetece hablar es de esas
lecturas que por una u otra razón me han dejado alguna huella o simplemente un sabor de boca especial al terminarlas.
Así fue un placer saldar mi deuda con Charles Dickens,
leyendo Historia de dos ciudades y con otro de los grandes, pero de aquí, con Benito Pérez Galdós y sus Episodios Nacionales, que siempre me había dado la impresión de
que debía ser una obra sesuda y pesada y he descubierto con Trafalgal que
estaba muy equivocada, siendo, al contrario, una lectura ágil, sencilla y
entretenida. También volví, después de muchos años, a Jane Austen para disfrutar de su
estilo único con Emma y acabé el año con Bran Stoker y su Drácula. Digamos que estas lecturas responden a
mis retos personales del año. Grandes escritores y grandes obras que acaban
quedándose en la cuneta sin saber bien por qué y que han formado parte de mis
propósitos cumplidos del 2013. Todos han sido muy satisfactorios y mi intención
es seguir durante este próximo año disfrutando de sus letras.
Dentro de la novela histórica (uno de mis géneros
favoritos) ha destacado La reina descalza de Ildefonso Falcones. Me cautivaron
sus personajes femeninos y he disfrutado aprendiendo cómo era la vida en España
en el siglo XVIII, especialmente para la comunidad gitana. He leído unos cuantos
que giraban en torno a la guerra civil y las guerras mundiales, que también
suelen contar con mi favor y sin
embargo, ninguno ha conseguido destacar, quizá me gustaría mencionar Ayer no
más de Andrés Trapiello, por su visión sobre las heridas no cerradas que la
guerra civil dejó en este país. Dentro del género negro ha destacado El
sindrome E de Franck Thilliez, con una pareja de policías de fuerte
personalidad y una trama compleja y bien urdida que te
mantiene en tensión hasta el final. Un final en el que el autor vuelve a echar
el anzuelo y espera que los lectores piquemos. Conmigo lo ha conseguido, el
siguiente de la serie, Gataca, ha sido el que ha estrenado mi año lector y sigo
queriendo más. Continué la trilogía victoriana de Felix J. Palma y volví a
disfrutar con la originalidad de la historia que nos cuenta en El mapa del
cielo, y espero con ganas que este año se publique el último libro para dejarme
llevar por las fantásticas aventuras de H. G. Wells.
El rescate
de Paul Auster del banquillo en el que lo había dejado descansando me ha deparado
una de las mejores lecturas del año con su Brooklyn Follies y el descubrimiento
de Philippe Claudel con La nieta del señor Linh la mayor dosis de ternura. Me doy cuenta, al escribir ahora sobre
ello, de que una buena parte de las mejores experiencias lectoras
del año pasado se han producido con autores de los que aún no había leído nada.
Además de Claudel, me ha sorprendido muy gratamente Elena Ferrante con La amiga
estupenda, que forma parte de una trilogía que continúa con Un mal nombre y que
espero leer durante este año.
De los autores extranjeros descubiertos este año pasamos a los españoles. Encuadradas también en ese género tan amplio e
indefinible como narrativa contemporánea estarían las tres últimas novelas que
quiero comentaros y que a su vez han resultado el feliz descubrimiento de tres autores que me han hecho disfrutar con el impecable desarrollo
literario de sus historias. En primer lugar quiero señalar el delicioso paseo por La ciudad de los ojos grises de la mano de Felix G. Modroño. Una novela impregnada de una atmósfera sutil y melancólica, agridulce, que te dejará con una ganas enormes de salir corriendo a visitar Bilbao. Por otro lado, Care Santos con Habitaciones Cerradas, una
historia familiar que transcurre en Barcelona desde principios del siglo XX hasta la actualidad, que me ha sorprendido por el perfecto engranaje de las piezas de la historia, saltando hacia delante y volviendo atrás en el tiempo, mostrando y ocultando al
mismo tiempo, componiendo un puzzle que sólo al final del libro nos permitirá
abarcar el cuadro completo. Para este año me estoy reservando con mimo su última novela, El aire que respiras, y aunque sé que las expectativas pueden jugarme una mala pasada, tengo el convencimiento de que no puede defraudarme.
Termino
con Yo confieso de Jaume Cabré, que también transcurre en Barcelona y en la
que, como ya nos anticipa el título, su protagonista, Adriá Ardévol, nos narra su vida, pero lo
hace en ese tono íntimo y absolutamente sincero de la confesión, sin intentar
quedar bien, desnudándonos su alma y haciéndonos sentir todo lo que de bueno y
bello y mezquino y ruin y noble y generoso y egoísta y… tantas buenas
cualidades y defectos tenemos los seres humanos en distintas medidas y
proporciones. Una novela de la que no sólo puedo decir que ha sido mi mejor
lectura del año, sino que ha pasado al selecto grupo de las memorables.
"El autor sólo escribe la mitad del libro.
De la otra mitad debe ocuparse el lector"
Joseph Conrad
Que conste que tus limitaciones de tiempo que puedes dedicar a la lectura es un mal muy extendido, ya sé que lo sabes y que saberlo no soluciona nada, pero lo mismo consuela... Dicho esto creo que todas las lecturas que nombras están controladas, o bien leídas o bien en el punto de mira, pero me ha gustado ver qué lugar han ocupado en tu corazoncito lector y también sirve un poco para "recolocar" algunas de mis lecturas (por ejemplo, Elena Ferrantes, que la había "perdido" por el fondo de la lista).
ResponderEliminarBesos!
Hay lecturas muy interesantes entre la lista que nos ofreces y algunas que aún tengo pendientes.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jara.
ResponderEliminarAdmirable el número de libros que has leído. ¿Tus días tienen 24 horas? Porque arrancarle un ratito al día para leer me supone toda una proeza. Disfruta cuanto puedas de las lecturas.
ResponderEliminarBesos y besos.
Me alegra tu pasión lectora.
ResponderEliminarSiendo grande la mía, no he leído ni la mitad que tu.
Sólo hemos coincidido con Ildefonso Falcones y La reina descalza y aunque me gustó, sigue en mi opinión sin estar a la altura de La catedral del mar (bueno, es que ese libro lo tengo en un pedestal, jajjaa !).
ResponderEliminarBesos !
Pues ha sido un repaso muy completo. Tenemos algunas lecturas comunes que también he disfrutado mucho como La reina descalza, La ciudad de los ojos grises o las de Care Santos
ResponderEliminarBesos
Hola Jara, recuerdo algunos de los títulos de cuando en su día hablaste de ellos, a mi que también me gusta leer mucho no leo ni la mitad:), aunque he de reconocer que últimamente tengo aparcada la lectura por hacer otras cosillas, pero gracias por tus reseñas que son para tener muy en cuenta:)
ResponderEliminarBesos.
Paul Auster es una apuesta segura.
ResponderEliminarEl mejor.
Benito Pérez Galdós es uno de los grandes desconocidos.
Escribía muy bien.
Da gusto leerlo.
Besos.
¿Que no tienes tiempo? Pues qué harías si lo tuvieras. Has dicho, y hecho, algo muy interesante, y es no sólo leer las novedades literarias sino volver la mirada hacia esas novelas que a veces duermen en la estantería y que nadie lee o relee. Yo apenas tengo tiempo y aún así, dedico un ratito, si no se me cierran los ojos, antes de dormir. Estos leyendo el premio Planeta, El cielo ha vuelto, y A primera vista, de Nicholas Sparsk. Pero el descubrimiento ha sido, precisamente, uno de esos libros que se mueren de asco y yacen en el olvido: Las desventuras del joven Werther, de Goethe. Qué descubrimiento, qué sensibilidad, cuántas cosas dice en pocas palabras. Y cuando pueda, leeré alguno de los que tu recomiendas. Un abrazo.
ResponderEliminarAmplio reportaje sobre libros en los que te reflejas como lectora empedernida. Bastantes compartimos, como esos que pertenecen a la litertura del pasado, algo que hago yo también después de leer algunas novedades. Otros no los conozco y tomaré nota porque me parecen muy interesantes.
ResponderEliminarUn beso
Un balance buenísimo! Y compartimos muchas de esas lecturas. De las que no he leído aún está Yo confieso, al que le tengo unas ganas tremendas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me ha encantado tu café :) Un afectuoso saludo.
ResponderEliminarMi lista no es, ni de lejos, tan completa como la tuya: no puedo quitarle más horas al sueño. ;)... pero ya tengo apuntadas algunas cosas :D
ResponderEliminarBonito balance. Alegra ver tu entusiasmo.
Gracias por la frase de J.Conrad. Me la llevo para cierta libretita ;)
Besotes y sonrisa.
Reconozco que mi dedicación a la lectura ha disminuido bastante en los últimos años. ¿Será porque dedico la mayor parte de mi tiempo a apearme en la primera mitad de los libros? No puedo, ni quiero, remediarlo. En el 2013, inicié la lectura de varias novelas (de poesía no hablo porque siempre tengo alguna rondando a mi alrededor) y solo terminé dos: Una autobiografía de Luis Goytisolo (ahora no recuerdo el título) y "Si a los tres años no he vuelto". ¿De record, eh? De uno de mis poetas preferidos, Luis García Montero, inicié la lectura de su novela "No me cuentes tu vida" y he de reconocer que ha sido un fiasco, para mi gusto, claro. ¡Ah, se me olvidaba! Muchos días me he dejado acompañar por Alonso Quijano. Don Quijote y sus aventuras siempre están al alcance de mi mano. Ahora estoy con la relectura de "Misericordia". Como verás, no puedo disimular mi inclinación por los clásicos en español. Un besito, Jara.
ResponderEliminarCompleta y excelente entrada. Aunque de momento, leer, lo que se dice leer, más bien poco, jajajajaja...
ResponderEliminarUn besazo!!!!!!
Es una suerte haber podido leer tanto, eso a mi se me hace un mundo.
ResponderEliminarBueno que te voy a contar que no haya dicho ya.
Besos.