El otro día volví a ver la película Los Miserables (la versión de 2012 dirigida por Tom Hopper) y me emocionó aún más que la primera vez que la vi. Quizá porque en esta ocasión no necesitaba estar tan pendiente de los subtítulos y pude sentir mejor la fuerza de las imágenes y de la música. El caso es que desde esa noche le vengo dando vueltas a la idea de que siempre ha habido y siempre habrá Miserables.
En todas las épocas, en todos los tiempos, en todas la civilizaciones. La historia de la humanidad está repleta de miserables en distintos grados y acepciones: esclavos o siervos, victimas del racismo o el colonialismo, del empleo precario y los contratos basura, pobres de todos los colores, de todas las razas, de todas las religiones, del tercer mundo, del segundo y del primero. De sur a norte, de este a oeste y a lo largo de todos los siglos, la sociedad humana siempre ha estado formada por una minoría que ejerce el poder (y acumula fortuna y privilegios) y una mayoría que se somete a él, que es válida en tanto genere beneficio y provecho a los poderosos. Han podido cambiar las formas, pero el fondo no ha cambiado jamás.
Ni rebeliones, alzamientos y revoluciones, ni declaraciones de principios y de derechos han evitado que los miserables del mundo entero se sigan contando por millones, pero al ver la película pensé que hay algo que nunca podrán arrabatarles/arrebatarnos a los miserables de todos los tiempos, de toda la tierra, y es la dignidad y el orgullo de luchar por dejar de serlo. Aunque pierdan, aunque perdamos. Aunque lo que parecen pasos de gigante, acaben siendo de hormiga, aunque la ilusión del avance acabe estrellándose con los infranqueables muros de una realidad en la que siempre acaban triunfando los cuatro más avispados y con menos escrúpulos.
Confío en que en esta lucha, sin cambiar el fondo, cambien las formas, cambien las armas. Confío en que sea suficiente con empuñar las palabras, con la resistencia pasiva, con la oposición pacífica, con la unión de muchas voluntades decididas a no dejarse arrollar. Aunque sólo cambien unas caras por otras, y los zares y emperadores se llamen presidentes o banqueros o especuladores. Aunque la división no desaparezca nunca, merece la pena.
Por los Jean Valjean y las Cosette que lo consiguen. Y por las Fantine, Eponine y Gavroche que se quedan en el camino. Para que su sacrificio no sea en vano. Para no agachar la cabeza y consentir. Para que no nos quiten la dignidad de luchar por una vida mejor.
Os dejo la versión en español de La canción del pueblo del musical (¡que dejé escapar sin llegar a verlo!) y la misma escena de la película subtitulada en inglés. Que cada cual elija la que más le guste.
PUes sí, pasarán los años, y como bien dices, cambiarán las formas, pero no el fondo... Una pena...
ResponderEliminarY te puedes creer que aún no he visto la peli? Imperdonable...
Besotes!!!
Desgraciadamente, es tal y como lo cuentas, y espero que esto no vaya a más....
ResponderEliminarComo ves, no soy muy positiva en este aspecto. Bueno, que hoy es sábado, seamos positivas, jajaja ! Besos y feliz fin de semana !
Si es que Víctor Hugo era un visionario.
ResponderEliminarPero , si lo piensas, los miserables no son los pobres porque vivan en la indigencia: los miserables son las que promueven la miseria para vivir mejor: cabezas y corazones miserables, forrados de oro , plata y pieles.
La peli no la he visto pero el libro lo leí hace muchos años y me gustó mucho.
ResponderEliminarYo apuesto por un Gamonal en cada barrio.
ResponderEliminarEs la única manera de que no acaben con nosotros.
Besos.
Te veo indignada ... ;) Te entiendo, a mi la rabia también me va haciendo un efecto bola de nieve por dentro que a veces me da miedo saber por dónde va a salir. ¿Y sabes lo que más rabia me da de los miserables? que nos tomen por tontos.
ResponderEliminarBesos
Me sumo al deseo de Toro Salvaje. Gamonal debería de eser la mecha que incendiara tanta laxitud conforme y aborregada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Miserable es precisamente el que no sólo te quita los medios para que sobrevivamos sino que también intenta arrancarte la dignidad, los sueños, la vida misma. Y estamos soportando demasiado. Que no abusen, que no abusen. El texto, esperanzador; la música, preciosa.
ResponderEliminarMientras te leía recordaba a Galeano y Los Nadie. Produce mucha rabia mucho de lo que pasa pero yo me instalo en esa lucha con confianza que mencionas. Un post estupendo Jara y le doy play a los dos vídeos :)
ResponderEliminarBesos
Ese ha sido uno de mis libros, es absolutamente extraordinario. Uno no sabe demasiado bien cómo hacer un breve comentario que destile, siquiera sea, la décima parte de las sensaciones que sus páginas dejaron en él, y de eso hace ya unos cuantos años.
ResponderEliminarFrases como: "Nada mejor que el sueño para engendrar el porvenir. La utopía de hoy es carne y hueso mañana" o "La vida, el sufrimiento, la soledad, el abandono, la pobreza, son campos de batalla que tienen sus propios héroes; héroes obscuros, a veces más grandes que los héroes ilustres" ... son sólo una muestra de lo que el espíritu de gran Victor Hugo fue capaz de parir allá por mitades del siglo XIX.
Y luego la gran cuestión, muy de actualidad: ¿cuántos Gamonales a gran escala ha visto la historia? ¿En cuántos de ellos sus cabecillas se han encumbrado en el poder, el emergente, el nuevo...para terminar cubriendo de sombra y sufrimiento el paisaje que visionaron con las luces de un alba prometedora?
Y sin embargo hay algo que corre por los sótanos de la historia; un río que, a pesar de los remolinos y retrocesos (a veces con duraciones que abarcan a una generación entera), empuja y presiona siempre hacia adelante. Yo creo que los miserables, muchas veces, son los que sentencian un futuro a partir de lo que ven a un palmo de sus narices.
Genial post, Jara. MUY BUENO!!!
UN BESAZO
Cuanta razón llevas con esta entrada. La película me gustó mucho pero el musical me pareció increible, aún recuerdo las sensaciones... maravilloso
ResponderEliminarBesos
Me has traido gratísimos recuerdos, el musical con todo el maotaje que ofrece es fantástico.
ResponderEliminarUn beso
Me encanta esta historia. Fijate que siempre digo que no soy de llorar salvo con dos o tres películas, pues la adaptación última que hicieron me arrancó alguna lágrima.
ResponderEliminarSobre todo la canción de Anne H. quien, como leí a alguien (no recuerdo a quien) "Se puede cantar más alto o afinado, pero no hacerlo mejor".
Hoy me has dado justo donde me gusta :-)
Besos
No he visto la película, ni el musical, ni leí la novela... ¿qué desastre soy, no? Bueno, prefiero ser desastre a miserable. Un besito, Jara. Y hasta el próximo café.
ResponderEliminarMiserables hay y habra siempre.
ResponderEliminarNo he visto la peli ni lei la novela, no se por que no me ha atraido.
unos besotesssssssssssss
Pues, a pesar de haber leído el libro (o quizá por ello) te confieso que no he visto la adaptación...pero tu entusiasmo me anima.
ResponderEliminarVictor Hugo tenía mucha fuerza para denunciar y estrujarte las vísceras. Pero creo que me quedo con las denuncias de Zola, igualmente contundentes ;)
De la forma que sea, lo importante es que nunca nos harán callar, sea gritando, cantando o escribiendo. ;)
Abrazo grande. :))
Me ha gustado mucho tu entrada, pues yo si que he visto la película y la verdad es que me sorprendió positivamente.
ResponderEliminarPero déjame decir una cosa.
Los miserables, no son los millones de víctimas sin recursos. Son los pocos habitantes que comercian con la vida, los sentimientos y a veces, con la dignidad de los seres humanos.
Un abrazo Jara
¡Buen descubrimiento!. Este blog. Gracias.
ResponderEliminarMe parecen muy acertadas tus reflexiones. Hay y habrá miserables en el siglo XXI con un trabajo precario, pero con acceso a internet, eso sí.
ResponderEliminarBss.
Hola Jara, me quede con las ganas de ver la peli, pero esque no me llevo bien con los subtitulos, o veo la peli o leo y así me quede sin verla, se que es una gran película pero a ver si cuando tenga oportunidad la veo, tampoco he leído la novela, en fin que soy un desastre:)
ResponderEliminarPero sabes?, siempre he tenido por miserables a los que que hacen que la gente llegue a tocar fondo sin tener nada para comer o pasar el día a día, no tener un techo donde cobijarse, mientras que los miserables para mi es tanta su avaricia que nunca tienen bastante y no miran si hacen daño o no, como los miserables que tenemos dirigiendo este país, esas gentes son los miserables.
Besos.
Miserable hubo a lo largo de toda la Hª de la Humanidad y Miserables sigue habiendo en el s.XXI pero... antes se luchaba más por los Derechos y por nuestra Dignidad , ahora tal y como está todo , tan mal , no se por qué estamos como " aborregados" como con temor a " saltar ya de una vez por todas " no se puede ni debemos seguir consintiéndo todo lo que está pasando , ya es un abuso demasiado grande y estamos perdiendo Derechos a pasos agigantados . Se están riendo de nosotros descaradamente y no hacemos nada , creo que nos estamos volviendo cobardes , Jara , sinceramente .
ResponderEliminarMe ha encantado el Vídeo , el 1º que es el que he visto " La Canción del Pueblo" . No he visto la Película pero si que leí el Libro hace algunos años y recuerdo que me impactó bastante y me gustó mucho además.
Un abrazo grande .
Ya tengo mi ordenador arreglado así que aquí me tienes de nuevo.
Jara, me da que, a pesar de referirse la obra a la segunda mitad del siglo XIX, está peligrosamente de actualidad...:(
ResponderEliminarB7s
Coincido con los comentarios de los compañeros. Reflexionas de forma muy acertada ante tanto miserable.
ResponderEliminarUn besazo
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