El pasado viernes, 22 de febrero, tuve el placer
de asistir a la presentación, en la librería Muga de Vallecas (Madrid), del libro
1950 El año del... ¡Que no, que no me lo creo! y de conocer personalmente a su autor
Pablo García Fernández. Contó Pablo para la presentación de su libro con la
ayuda del escritor y bloguero Luis Miguel Morales Peinado que actuó como anfitrión idóneo ya que, al fin y el cabo, era en su barrio donde
se producía el evento.
A Pablo le conocía desde hace algún tiempo
a través de su blog Lapizplumapapel, escaparate desde el que viene enseñándonos
algunas de sus facetas artísticas: acuarelas, dibujos y relatos, que desde aquí
os invito a que visitéis para que podáis comprobar por vosotros mismos que no
exagero nada cuando digo que nos encontramos ante un gran talento.
El otro día pude apreciar de primera mano que
además es una gran persona, cercana, afable y con un envidiable buen humor que hizo
que la presentación se convirtiera en una agradable reunión de
amigos en la que, salpicada de anécdotas, nos contó de qué iba su libro.
1950 el año del… ¡Que no, que no me lo creo!... reúne un conjunto de pequeños relatos de una época que para algunos de nosotros es ya historia porque aún no habíamos nacido, y que con cuatro, mejor dicho con doce certeras pinceladas, nos trasladan de lleno a un Madrid en el que la guerra se había acabado, pero en el que seguía viviéndose, aunque sin bombas, eso sí, como cuando la había, en medio de las ruinas y de la escasez, donde faltaba de casi todo y el miedo aún formaba parte de sus vidas. Sin embargo, contamos con la peculiaridad de que todo ello vamos a verlo a través de los ojos de un niño.
1950 el año del… ¡Que no, que no me lo creo!... reúne un conjunto de pequeños relatos de una época que para algunos de nosotros es ya historia porque aún no habíamos nacido, y que con cuatro, mejor dicho con doce certeras pinceladas, nos trasladan de lleno a un Madrid en el que la guerra se había acabado, pero en el que seguía viviéndose, aunque sin bombas, eso sí, como cuando la había, en medio de las ruinas y de la escasez, donde faltaba de casi todo y el miedo aún formaba parte de sus vidas. Sin embargo, contamos con la peculiaridad de que todo ello vamos a verlo a través de los ojos de un niño.
Pablo echa la mirada atrás, una mirada limpia,
sin rencores, para contarnos historias de su niñez, de su pandilla y de su
barrio. Anécdotas, travesuras y juegos que nos harán sonreír la mayoría de las
veces, porque como él mismo nos dijo, "los niños
no dejan de ser niños", ya sea en 1950 o en el año 2000, y será fácil vernos a nosotros mismos reflejados en sus
actitudes y sus ocurrencias. Por otro lado son niños viviendo una época y un
tiempo determinado que queda reflejado con sus luces y sus sombras en cada
página de este libro, y que también harán, en algún momento, que se nos forme un
nudo en la garganta.
Cada relato viene acompañado de una ilustración
que le da vida y color o quizá sean las palabras las que acompañan al dibujo, matizándolo.
Cada cual puede escoger la visión que más le complazca. Pablo se desenvuelve de
maravilla en uno y otro campo, aunque según su propia confesión, sienta una mayor
afinidad con el dibujo y la ilustración porque es el campo en el que se ha
desarrollado su actividad profesional, y
sin embargo, la palabra es sólo el medio de plasmar sobre un papel lo que básicamente
pertenece a la tradición oral, esa que se da en todas las familias donde los
abuelos cuentan sus batallitas (un abuelo cebolleta, en palabras de Pablo) y luego los padres contarán las suyas sin que en
la mayoría de los casos acaben transcritas en un papel. Al fin y al cabo el
medio que durante siglos ha servido para transmitir conocimientos, cuentos y
leyendas de generación en generación.
De esta manera Pablo se confiesa un contador
de historias, y como tal, sabemos que tiene muchísimas más guardadas fielmente
por su memoria y esperamos que una vez dado el paso (a mi juicio con bastante
acierto) de contador a escritor, siga por ese camino para que así todos podemos
conocer a través de ellas, la historia de una ciudad, de un país y de una época,
con la sencillez de la palabra precisa, con el humor fresco de la niñez y la
ironía propia de la distancia.
Es evidente, tras todo esto, que sólo puedo
recomendaros que descubráis por vosotros mismos lo que 1950 El año del... ¡Que no,
que no me lo creo!, esconde entre sus páginas.
Para terminar quiero mencionar que la presentación estuvo
presidida desde el primer momento por un ambiente relajado en el que no hubo
distancias entre los que estaban detrás de la mesa y los que escuchábamos desde el
otro lado. Una reunión en la que Pablo nos contó el por qué y el cómo de su
libro como si estuviéramos sentados en el salón de su casa y el intercambio de
preguntas, respuestas y comentarios posteriores, no fue otra cosa que una agradable tertulia.
Destacar finalmente el hecho de que además, la presentación de "1950..." se convirtió en un punto de encuentro bloguero en el
que tuve la suerte de conocer, además de a Pablo, a Rafaela del blog Porque nos gusta nuestro pueblo, y donde volví a encontrarme con mis viejos amigos Koncha
y Luis Miguel. Todo un privilegio que convirtió esa tarde en un gran
acontecimiento.
Pues no me importaría leerlo si cae entre mis manos.
ResponderEliminarEspero que caiga en tus manos porque estoy segura de que disfrutarías con las historias y los dibujos de Pablo. Si así fuera ya nos contarás qué te parece.
EliminarBesos
¡Gracias Jara! Por tus palabras y sobre todo, por tu encantadora asitencia...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Fue una tarde realmente agradable y el libro se disfruta página a página, Pablo. Espero que pronto haya más.
EliminarBesos
Pues permanentemente he estado atento a su Presentación y discurrir por la vida literaria a través de Luis Miguel y de Koncha, sobre todo.
ResponderEliminarPablo es un hombre polifácetico y todo lo que toca lo hace con un arte y sentido inmenso.
Abrazos.
Estoy de acuerdo contigo, Pedro Luis. Pablo tiene mucho talento y mucho arte con el papel, con la pluma y los lápices.
EliminarBesos
Qué crónica más entrañable Jara. La verdad es que tengo ganas de que nos contéis más de esas historias que Pablo os presentó. Besos
ResponderEliminarMuchas de las historias del libro puedes encontrarlas en su blog, Marilú y también sus acuarelas y dibujos. Te recomiendo que pases a hacerle un visita, seguro que no te decepciona.
EliminarBesos
Lo has contado todo de maravilla, amiga Jara, así que lo único que voy a añadir es mi deseo de que, lo más pronto posible, nos veamos en otra presentación-tertulia para comentar un segundo testimonio de nuestra historia cercana, en el lápiz, la pluma y el papel de nuestro común amigo Pablo. Un beso.
ResponderEliminarYo también espero que pronto volvamos a tener esa oportunidad.
EliminarBesos
qué crónica más detallada, se nota que disfrutasteis del evento y el libro, a pesar de ser un género que no es lo mío, tiene muy buena pinta
ResponderEliminarbesos
Fue realmente un encuentro muy agradable y en cuanto al libro, te animo a que hagas una visita al blog de Pablo donde puedes encontrar algunas de sus historias para que te hagas una idea. Merece la pena.
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Este libro ya lo conocía del blog La vieja encina y me gustó. Ahora con esta bonita entrada y tus palabras me lo anoto sin dudar.
ResponderEliminarBesines, Jara!!
Seguro que lo disfrutas, estaré pendiente de tus impresiones.
EliminarBesos
Que bien lo has contado Jara, fue tal cual lo describes. Escuchar a Pablo contándonos algún relato de su libro nos supo a poco. Que bien habla!
ResponderEliminarTambién el poder poner cara a nuestros nombres, fue la gran sorpresa de las dos.
Un rato agradable en buena compañía.
Besos.
Fue una tarde estupenda y espero que volvamos a tener la oportunidad de repetirlo.
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Qué envidia!!! Conozco a Pablo por su blog que me encanta, menudas manos tiene este hombre... y el libro pinta a ser una joya.
ResponderEliminarGracias por compartir la crónica, me hubiera encantado poder asomarme
Besos
Es muy agradable poder asistir a la presentación de un libro y encontrarte además entre amigos. En cuanto al libro, conociendo el blog de Pablo es fácil suponer que efectivamente nos encontramos con una pequeña joya.
EliminarBesos
Qué crónica más bonita! Gracias por compartirla con nosotros. A Pablo también lo conozco por su blog, que siempre me deja con la boca abierta con el arte que tiene en sus manos. Es puro talento este hombre. Al libro le tengo muchas ganas.
ResponderEliminarBesotes!!!
La presentación fue una agradable tarde entre amigos y letras.
EliminarEspero que pronto puedas disfrutar del libro de Pablo y que nos cuentes tus impresiones.
Besos
¡Pues sí, nos lo pasamos muy bien! Es que Pablo es mucho Pablo. Y el encuentro bloguero, una gozada.
ResponderEliminarEl caso es que a ti creo que ya te conocía, me sonaba tu cara...
¡Un besazo, Jara!
Con Pablo, con tu presentación y con el resto de amigos no podía ser de otra forma. ¿Qué te sonaba mi cara? nos habremos visto por el barrio alguna vez, jejeje.
EliminarBesos
Que bien lo debiste pasar eh?
ResponderEliminar:)
Besos.
Sí, siempre es agradable pasar una tarde entre amigos y ¡hablar de libros!, conocer a compañeros blogueros y compartir experiencias.
EliminarMereció la pena.
Besos
Qué te voy a decir, solo que ratifico palabra por palabra de lo que has dicho. Un libro muy recomendable, un pequeño tesoro. Un beso
ResponderEliminarEs fácil coincidir en la apreciación de las historias y las ilustraciones del libro de Pablo y conocerle personalmente también fue una gran experiencia.
EliminarBesos