¿Quedamos a tomar café?

Yo me dispongo a tomarme algún que otro cafetito mientras tecleo, intentando pensar con cada sorbo y escribir entre uno y otro disfrutando de un momento especial en el que pueda volcar ideas, opiniones, sobre libros, música, imágenes, dar rienda suelta a algún que otro desvarío, desahogar algún grito, espero que también algo de humor, a través de esta gran ventana virtual.

Abierta queda. Si alguien quiere tomarse un café conmigo bienvenido sea.

lunes, 8 de octubre de 2012

Fenómeno "móvil"


Hay dos cosas que en los últimos años han cambiado nuestras vidas, las de todos, de tal forma que ya no podemos concebirla sin ellas.
Una es el desarrollo y el acceso masivo a Internet y la otra el teléfono móvil.
De Internet habría mucho que hablar, por eso mi objetivo es mucho mas humilde y me quedo con el móvil.

El móvil es un aparato increíblemente útil.
Se acabaron los problemas a la hora de quedar con alguien, no pasa nada si no recuerdas exactamente si has quedado en la salida a Carretas o en la salida a Mayor porque se arregla con una llamadita rapita.
No importa si te acuerdas de repente de que el detergente no está en la lista de la compra porque puedes llamar a tu marido para que lo añada al carro (si ya está pagando en caja, mala suerte)
Si la niña parece que va tardando rápidamente coges el móvil y preguntas por donde anda.
Los técnicos de la caldera pueden avisarte en cualquier momento de que están en la zona cercana a tu domicilio y de que en cuarto de hora estarán en la puerta de tu casa para arreglarte la caldera (no importa que tu hubieras quedado con la empresa en que pasaran a partir de las cinco) y como el que está sin calefacción eres tu, sales pitando para llegar a tiempo.

Por otro lado es bastante interesante cuando viajas en un tren de Cercanías, por ejemplo, y alguien próximo atiende una llamada a su móvil, enterarte con pelos y señales de por qué se está retrasando y oírle mentir descaradamente cuando dice que ya está en Atocha cuando apenas hemos salido de la estación de Sol. 
O ver como la gente va aparentemente hablando y gesticulando sola por la calle. Antes pensabas  “pobre, se le ha ido un poco la olla”, ahora es más probable que alguien se dirija a ti para preguntarte una dirección y sólo cuando te mira con fijeza esperando tu respuesta caes en la cuenta de que te hablaba a ti, porque hasta ese momento das por supuesto que va hablando por el móvil.

En el tiempo sin móviles alguien llamaba a tu casa, no te encontraba y no pasaba nada, “habrá salido” y punto. Ahora si te llaman al móvil tienes que cogerlo no vayan a pensar que no lo atiendes porque te ha pasado algo o quizá tienen algo importantísimo que decirte.  La mayoría de las veces, sin embargo, lo que oyes al otro lado cuando coges la llamada es “¿por dónde andas, qué haces, cuándo vienes, por qué te retrasas, qué haces ahí, no has visto que tienes dos llamadas perdidas?”

Hay gente que no se desprende de él ni de día ni de noche, ni en el trabajo, ni en el coche (con o sin bluetooth), ni en casa: del salón a la cocina y de la cocina al cuarto de baño: “¿pero qué haces? ¿qué es ese ruido?” “ Pues que me has pillado en el baño, tío” ¿es necesario dar cuenta de todos nuestros pasos?


Pienso yo, ahora que tenemos las vacaciones tan recientes… si vas a pasar un rato a la playa, y quieres relajarte, darte un baño, un paseo, leer… ¿realmente no puedes pasar un par de horas incomunicado? 

En el caso de los mensajes solo una cosita.
Si no fuera por lo que me molesta admiraría  que haya gente capaz de estar manteniendo una conversación contigo y al mismo tiempo está escribiendo un mensaje en el móvil a toda velocidad. Si te callas esperando a que acabe te puede decir con mucho desparpajo que sigas, que sigas, que puede escribir mientras te escucha. Sea quien sea es una falta de respeto para el que habla, pero si un momento después te vuelve a dejar con la palabra en la boca para leer la contestación que le está llegando en ese momento, es el momento de levantarse y marcharse.

¿No corremos el peligro de que el móvil se convierta en un apéndice permanente de nuestros cuerpos? ¿o en un implante que hubiera que cambiar cada vez que se estropeara o saliera un modelo mejorado?

Y eso sin hablar de las otras utilidades que ahora ofrecen, que ahí no te controla nadie, pero no hace falta porque ya estás perdido, nunca más podrás separarte de él sin sentirte
desamparado.

Sé lo que alguno puede estar pensando: que es una cuestión de edad, que debo estar haciéndome mayor, y sí, sin duda voy siendo un poco mayor, pero tengo cerca gente tan mayor o mas que yo que sin su móvil se sienten perdidos.

Voy a tener que ir dejándolo porque acabo de oír un pitido lejano que bien podría ser de mi móvil que me avisa de que la batería se está quedando sin carga y ¡oye! que nunca se sabe lo que puede pasar y una cosa no quita la otra. En un momento de apuro nada mejor que un buen móvil a mano y con la pila cargada.

¡Pero dónde habré dejado yo el móvil!

12 comentarios:

  1. Qué tiempos aquellos en los que vivíamos sin móvil!!! Pero ya es difícil vivir sin él... Aunque más de una vez me lodejo olvidado...
    Besotes !!!

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    1. El móvil sin duda ha marcado un antes y un después en nuestra forma de relacionarnos, pero hay momentos en que es bueno que se quede "olvidado".
      Besos.

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  2. Jaja Escribí hace bien poco una cosa muy parecida :) Sí, curiosa relación tenemos algunos con el aparatito. Mi hija (32 años) llegó a decirme un día que se sentía desnuda si salía a la calle sin él.
    :D Te dejo: está sonando el mío. :D
    Besos

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    1. Acabo de pasarme por tu espacio para cotillear tu entrada sobre el móvil y veo que efectivamente coincidimos bastante en nuestra relación con el. También es evidente que aunque nos hayamos acostumbrado a su uso nuestra relación con él no es tan estrecha como la de nuestros hijos, el mío no se separa nunca de él, estoy convencida de que lo siente como una prolongación de sí mismo.
      Besos

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  3. Hola Jara, soy Silvia, he venido a tomar un cafetito contigo. Disculpa que no me haya pasado antes pero últimamente estoy muy liada y no tengo tiempo de hacer visitas.
    En cuanto a lo que dices, estoy totalmente de acuerdo contigo,y aún se te ha olvidado mencionar el WASAP que ya es el colmo de la mala educación sobre todo en los adolescentes. Un beso y nos vamos "viendo"

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    1. Hola Silvia, encantada de tenerte por aquí y bienvenida. ¿Sólo o con leche?
      No tiene que disculparte para nada, yo hay días que hago malabarismos para intentar llegar a todo.
      ¿El WASAP? ja,ja aparte de saber que existe, no he tenido relación con él, yo me he quedado en los SMS.
      Besos.

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  4. Yo he tenido una "relación" muy intensa con el móvil pero últimamente nos estamos distanciando,jeje. De hecho a veces me olvido de cargarlo, me lo dejo por ahí... Lo prefiero así, la verdad.
    Besos,

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    1. Pues no está nada mal aprender a guardar las distancias, creo que es la mejor manera de que la relación sea satisfactoria. Y olvidarlo un poco de vez es casi un alivio.
      Besos.

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  5. Yo vivía mejor sin móvil, la verdad. Al menos podía disfrutar sin salir corriendo o que me complicasen la vida.
    Luego está lo que yo hago con el móvil, que es tocarlo todo y... liarla, sí. Pero oye, me divierto un montón con el cacharrito (aunque termine sonando la alarma a horas intempestivas y tenga que buscar a ver en qué bolso lo he dejado.... ¿sabías que suena aunque lo apagues?)
    Besos

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    1. El mío, como no podía ser de otro modo, es de lo mas sencillito y tiene poco que manipular. aunque voy a tener que cambiarlo porque está agonizando intentaré que el nuevo tampoco me complique la vida.
      Besos

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  6. Que seria de nosotros sin el móvil, hasta los mas reacios los e visto caer en la tentación y comprarse uno, y es que los tiempos cambian.
    Veo que llevas buen ritmo de entradas. Me alegro de tu éxito como blogera. Besos guapa.

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    1. No nos podemos ya imaginar sin él, no se pueden negar sus ventajas y lo útil y práctico que resulta en muchas ocasiones.
      No resulta fácil mantener el ritmo, voy comiendole terreno a otros temas y a veces tengo la impresión de que va a superarme. Para mi un éxito es cada visita que me haceís, el impulso que me anima a seguir adelante. Esta charla, este intercambio, cada cafetito virtual que nos tomamos, es un exito. Gracias a ti por tus visitas.
      Besitos.

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