Después del descanso veraniego, en el que
espero que hayáis podido disfrutar del placer de viajar, creo que es hora de que
retomemos nuestros viajes virtuales y para ello os voy a llevar a una ciudad
que he descubierto en este último año y que tuve oportunidad de pasear durante
este verano.

Dicen que llueve mucho, tenía fama en otros
tiempos de ciudad industriosa y fea y siempre salía perdiendo en la comparación
con sus hermanas cercanas. Así cargaba en mi ánimo con ese peso cuando se
trataba de elegir lugar visitable y fue quedándose de lado. Pero afortunadamente llegó su oportunidad y he podido comprobar de primera mano el encanto de su casco antiguo, la majestuosidad de su ensanche, la luz de su ria y el buen uso que se la ha dado a favor de la cultura y el ocio al espacio que en su momento estuvo ocupado por la industria pesada.
¿Qué os parece este portal para entrar en ella?

Paseemos por una ciudad que ha sabido conjugar de forma magistral lo viejo y lo nuevo.
Lo tradicional con la modernidad.
Ciudad gris... quizá, cuando las nubes se reflejan en el agua densa de la ría. En los cristales de sus modernos edificios.
Llena de color, sin ninguna duda. Del color de la vida que bulle en sus calles y plazas. Ciudad que sin ser pequeña es fácilmente abarcable en apacibles y placenteros paseos.
No será tampoco mala cosa cansarse para poder tener la escusa perfecta para desandar caminos montados en su moderno y cómodo tranvía.
¡Ay! cómo echo de menos ese medio de transporte en mi enojosa y siempre atascada ciudad.
El casco antiguo guarda intactos la esencia y el carácter de la ciudad. Sus calles, su gente, sus comercios y tabernas. Lugar ideal para hacer un alto, o varios, y tomarse unos chiquitos y unos pintxos.
Sin darnos cuenta acabaremos saliendo a la Ribera.
El mercado, la iglesia y el puente de San Antón...
Imprescindible el recorrido por una y otra orilla.
Y acabar este recorrido contemplando otro referente imprescindible en esta ciudad, el teatro..., es que si os digo el nombre, os lo digo todo. Voy a dejar que seáis vosotros quien se lo pongáis. Yo sigo con mi recorrido.
Desde aquí vamos a cruzar la ría y recorrer las amplias avenidas del ensanche y sus edificios del siglo pasado.
A medio camino entre el caserío del casco antiguo y la modernidad de acero y cristal del presente siglo.
Difícil será no toparse más temprano que tarde con esta casa de viviendas. Bonita ¿verdad? Parece que es conocida como la casa Gaudí, pero su nombre oficial es Casa Montero y sus arquitectos Luis Aladrén – Jean Baptiste Darroguy. Estos datos precisos son fruto de mis posteriores pesquisas internautas. En su momento, sencillamente salía de comer cuando me topé con el portal de más arriba y con la boca abierta crucé a la acera de enfrente para recrearme con esta belleza arquitectónica.
Sigamos sin perdernos ni un detalle, desde esta vidriera de mediados del s. XX que decora la estación de Renfe,
a las líneas del modernísimo (y polémico) puente diseñado por el arquitecto Calatrava.
El encanto de un quiosco de música o el prodigioso juego de reflejos en una moderna escultura.

Sigamos con este juego de contraste que enriquece la ciudad y creo que hace más interesante nuestra visita. Así, a la orilla de la misma ria, en un paseo que disfrutaremos paso a paso y os aseguro que tiene muchos más puntos de interés que espero que podáis descubrir por vosotros mismos, nos encontramos con el ayuntamiento (mediados del S. XIX) en su margen derecha...
y el Palacio Euskalduna abriendo las puertas al siglo XXI (fue inaugurado en 1999) en su margen izquierda. A poco que podáis buscad la oportunidad de asistir a algún espectáculo en él, la arquitectura interior es absolutamente impresionante.
Soy consciente de que hoy la visita me está quedando bastante larga, pero es que, de verdad que me está costando un gran esfuerzo seleccionar qué mostraros, porque hay tanto...
Os pido que aguantéis un poquito más. No podemos irnos de esta ciudad sin una muestra de su catedral. Aunque a primera vista penséis que me he trastornado, os advierto que sé perfectamente de lo que hablo y si algún foráneo lee esto, estoy segura de que lo entenderá a la primera.
Primero el interior de la antigua catedral... que ha desaparecido para poder construir la nueva.
Y ahora os dejo un detalle del exterior del nuevo edificio que aunque aún no está completamente terminado, ha quedado realmente chulo. Mirad...
¿Que qué catedrales son éstas? Aquí en esta ciudad, estoy por apostar que esta "religión" tiene más seguidores que cualquier otra confesión.
La de hoy es mucha visita para un sólo día, pero con un puentecito puede hacerse un buen apaño y ya sabeis que pienso que es bueno dejarse algo por descubrir para la próxima. Siempre hay que despedirse hasta la próxima...
Y para otra próxima ocasión voy a dejar una de las nuevas joyas de esta ciudad, que en apenas unos años ha pasado a identificarla de forma inequívoca. No sé si con lo visto hasta ahora habrá sido suficiente para que supierais por donde andábamos, aunque en esta ocasión creo que he ido dejando bastantes pistas, pero esta era tan evidente que tenía que dejarla para el final. Por eso y porque creo que no hay mejor broche con la que cerrarla...
....hasta la próxima.
Espero que os haya gustado el viaje de hoy y quiero recordaros que si pincháis sobre las imágenes las veréis a tamaño completo. Creo que merece la pena.