¿Quedamos a tomar café?
Yo me dispongo a tomarme algún que otro cafetito mientras tecleo, intentando pensar con cada sorbo y escribir entre uno y otro disfrutando de un momento especial en el que pueda volcar ideas, opiniones, sobre libros, música, imágenes, dar rienda suelta a algún que otro desvarío, desahogar algún grito, espero que también algo de humor, a través de esta gran ventana virtual.
Abierta queda. Si alguien quiere tomarse un café conmigo bienvenido sea.
domingo, 28 de septiembre de 2014
¡Bienvenido otoño!
martes, 23 de septiembre de 2014
¡Adiós verano!
Ahora
que el otoño llama a nuestra puerta es hora de dar por finalizada
esta serie de cafés veraniegos y creo que la mejor forma de hacerlo
es con un viaje. Será un viaje distinto, un viaje sin destino
concreto. Un viaje a ningún sitio. Un
viaje a los sentidos. Un viaje a los colores, a los olores, a los
sabores, a los sonidos del verano. Un viaje para abarcarlo en un gran
abrazo y así despedirnos de él hasta el año que viene.
Hoy
haremos un viaje a todos los veranos. El mío, el tuyo, el nuestro.
No necesariamente el de este año, quizá el del año pasado o el de
hace ya unos cuantos años. Imaginaros que los reunimos todos y los
mezclamos como si fueran las cartas de una baraja. Ahora sólo queda echarlas sobre la mesa y ver el cuadro que puedo pintar con ellas.
Seguro que este viaje os va a resultar muy familiar. ¿Os
apuntáis?
Al
verano le gusta vestirse de vivos colores, así que lo mejor será
empezar por hacer un recorrido por esos colores.
Para
mi el azul es el rey del verano,
El
verde le va a la zaga,
y
el dorado es especial en estos meses.
Vamos
a tomarnos un respiro con el blanco y el gris
para
pasar a los más rabiosos:
amarillos, naranjas, rojos y rosas
y
a lo multicolor y la fiesta que se viste de noche.
El
olor... es difícil atraparlo ¿verdad? Incluso
evocarlo. Aunque si volvemos atrás lo encontraremos entre el azul
del mar y en la humedad de la hierba, en la fragancia de una manzana
y en el aire de la montaña. Intentemos imaginar también la brisa de
la tarde en la piel, el calor del sol matinal en la cara, el
cansancio satisfecho en las piernas tras una bonita excursión o la
laxitud de cada músculo mientras estamos tumbados en la playa, en
una tumbona de piscina, bajo la sombra de un pino o en el sopor de la
siesta.
Eh,
pero no toca dormirse aún. Todavía nos queda mucho viaje. El verano
es también un momento ideal para disfrutar de la gastronomía allá
donde se vaya o de una simple cerveza helada en la terraza del bar de
abajo. He escogido algunas estampas que casi con toda seguridad
estarán también entre vuestros mejores momentos veraniegos.
Veamos...
Habrá
que empezar por la cerveza, habitual en cualquier época pero
gloriosa en verano, en una jarra helada, con su espumita y si además
está bien acompañada por unas rabas o unas sardinitas asadas...
Otro
clásico imprescindible en verano ¡la paella! Una paella al aire
libre, con la familia, con los amigos... ¡cuando los chicos con el
paño de cocina al hombro y armados con un cucharón se sienten los
reyes de la parrilla! Para
la noche dejamos la cena a la luz de las velas, con sus platos bien
presentados y un delicioso helado de postre ¡hummm!
Verano
para descansar, leer, escribir, jugar o soñar...
Pero
también la oportunidad de conocer nuevos lugares, de descubrir
paisajes y piedras con historia, bellos rincones, espacios llenos de
luz o llenos de arte.
Tiempo
de vacaciones,
Días
de sal, de tierra, de viento.
De
piel desnuda, de risas y cantos.
Viaje
de verano,
sin
ceños fruncidos
ni
puños crispados,
ya
se ha acabado.
Es
hora de la despedida, de devolver al trastero maletas, cubos y palas,
toallas y sombrero.
Nos
queda el recuerdo de este verano, de todos los veranos
guardados en
sus cajitas, todas iguales, todas distintas.
¡¡Adiós
verano!! ¡¡Hasta el año que viene!!
domingo, 14 de septiembre de 2014
Café con libros. Junta extraordinaria de verano
-Si es que ya casi no queda sitio.
-¡Ay! No me empujes que yo llevo mucho tiempo
esperando.
-Es este que llega el último y quiere
colocarse en primera fila, el tío.
-¡Tendrá cara!
-¡Eh! ¡Que yo he llegado el primero¡! ¡Que me
caiga muerto ahora mismo si os miento!
-A ver, dejar pasar al viejo Stoner, por
favor.
-No, si no me importa, yo aquí estoy bien, de
verdad.
-¡Que no, que no! ¡Faltaría más! Los mayores
primero.
-Bueno, lo cierto es que yo fui el primero de
la temporada, pero de verdad que me da igual estar aquí detrás.
-No se hable más, Stoner el primero.
-A ver, no se me revolucionen. Hay sitio para
todos, no hace falta amontonarse que no puedo veros bien. El orden no tiene
importancia, todos teneis vuestro espacio reservado.
-Eso dices ahora, pero de mi te estabas
olvidando.
-No me lo tengas en cuenta que Mientras pueda
pensarte tendrás tu sitio seguro.
-¿Para que no has reunido hoy? ¿Vas a hablar
de nosotros?
-En realidad no, esperaba que os presentarais
vosotros mismos.
-¡Que bien! ¿puedo empezar yo? La Delicadeza
es la mejor manera de abordar cualquier tema.
-Pues te advierto que Stoner se nos ha
adelantado a todos
-Ya salió el listo, no tenemos bastante con
El enredo de la bolsa y la vida y quiere liarnos a todos.
-Oye, yo he asistido a Las tres bodas de
Manolita y estoy bastante cansado, asi que si no os importa me vuelvo a mi
hueco de la estantería.
-Que prisas tienes, hay que disfrutar de La
vida cuando era nuestra, que el tiempo pasa volando y ya casi estamos Donde
siempre es otoño.
-Pues a mi lo mismo me da un sitio que otro,
las Almas grises nos acomodamos bien en cualquier sitio.
-Yo tengo entendido que en el principio
de los tiempos las gente vivía en cavernas.
-A ver Manolito no te líes, aquí sólo está La
caverna de las ideas, y mejor ni te asomes, que El niño perdido lo hizo y aún
no ha regresado.
-Mejor Manolo, por favor, que ya no soy un
niño de la infancia y exijo el mismo respeto que a los demás.
-Bueno queridos libros míos, prestadme un poco de atención, por favor. Uno de los objetivos de
esta junta extraordinaria ya casi lo habéis cumplido en realidad. Se trataba de presentaros a todos los amigos y visitantes del blog y así poder luego intercambiar impresiones con ellos sobre vosotros. El otro, igual de importante para mi, no es otro que daros las gracias por vuestra compañía
durante este verano.
(Susurrando) –Pues a mi me amenazó varias
veces con devolverme a la estantería sin terminar.
-No
creas que has sido el único, yo iba con muy buenas referencias y enseguida noté
que tampoco le convencía, aunque parecía que lo intentaba de verdad. (Susurrando
también)
- Repito, a todos, incluso a aquellos que
menos se acomodaron a mis gustos, porque como en toda relación sus componentes
comparten la responsabilidad del resultado final. Lo importante es lo que he aprendido de
vosotros, lo que me habéis hecho pensar, el entretenimiento que me habéis
ofrecido y sobre todo lo que me habéis hecho sentir. A vuestro lado el tiempo no pesa. Llenáis de
sentido cualquier pequeño espacio de tiempo y podéis convertir un desayuno o
una jornada en la playa en un momento memorable y siempre sois el punto final
de cada día, propiciadores del reparador sueño. Gracias por haber hecho este
verano más llevadero y hacer de las vacaciones mucho más que un tiempo de
descanso y diversión. Yo creo que es para sentiros orgullosos ¿no os parece?
-¡Qué bonito! (La delicadeza; David Foenkinos)
-Lo que yo digo, si es que somos
imprescindibles. (Las tres bodas de Manolita; Almudena Grandes)
-Esta bien que reconozca nuestra valía. (El
niño perdido; Thomas Wolfe)
-Lo importante es tener la oportunidad de
expresarnos. El lector luego puede conectar con nosotros o no, eso no podemos
controlarlo. (Mientras pueda pensarte; Inma Chacón)
-No se, muchas palabras bonitas, pero mañana
ya nos habrá olvidado. (Donde siempre es otoño; Angeles Ibirika)
-Será a ti. Que mira que te has puesto un
poco moñas y empalagoso. (Almas grises; Philippe Claudel)
-Yo estoy convencido de haberle causado muy
buena impresión. (La vida cuando era nuestra; Marian Izaguirre)
-Dicen que no hay nada mejor para conquistar
a una mujer que hacerle reír y conmigo se ha reído mucho. (El enredo de la
bolsa y la vida; Eduardo Mendoza)
-Carcajadas no, pero conmigo tenía siempre
una sonrisa en la boca, que me muera ahora mismo si os miento. (Mejor Manolo; Elvira Lindo)
-Hemos sembrado su cabeza de nuevas ideas y
palabras hermosas y el que más y el que menos le ha hecho pasar un buen rato,
¿Qué más queremos? (La caverna de la ideas; José Carlos Somoza)
-Yo estoy muy satisfecho. Creo que nos hemos
entendido muy bien. (Stoner; John Williams)
-¡Venga! ¡A recogerse con orden! Hora de
terminar con la tertulia y de que cada uno vuelva a su sitio. No os volváis a
amontonar que así no hay quien os coloque y luego no os encuentro cuando os
necesito.
-¡Eh! ¿y yo? ¿Por qué no he sido convocado?
¡Si todavía estamos en verano!
-Mira este, recién empezado y ya quiere
ocupar plaza de leído.
-No tengo la culpa de que esta reunión se
haya convocado antes de finalizar la temporada, creo que merezco al menos una
mención.
-Tienes toda la razón, Memento, Apenas
hemos empezado a conocernos pero seguramente cerrarás esta temporada
estival-lectora y mereces tu hueco en los agradecimientos. Espero mucho de ti. Te
he buscado con toda intención para que me ayudes a superar el dichoso sindrome
post-vacacional. Vamos, para que me hagas mas soportable la vuelta al tajo.
-¡Menuda responsabilidad! Pero creo que soy
el remedio perfecto para ello. Nada como una buena novela negra para alegrarse
de la vulgar rutina diaria. Espero estar a la altura. (Memento Mori; César Pérez Gellida)
-Seguro que si. Y venga ya. Que tengo otras
cosas que hacer y me estáis enredando. ¡Ale! A los estantes sin más replicas.
lunes, 8 de septiembre de 2014
Luna de verano
Salí
corriendo detrás de Chispita y me perdí en el Bosque. Me perdí con mucho gusto. Tanto, tanto, que no hice la más mínima intención de buscar el camino de
salida. Me soportaron durante unos días sus habitantes, al cabo de los cuales,
como suele pasar con las visitas, todos se removían incómodos y sonreían con
cara de circunstancias cuando me veían aparecer. Era un elemento discordante.
Gracioso al principio, pero pasada la fase de sorpresa, empecé a estorbar en
todas partes.

Y cuando quise pestañear...
¡Zas! me había plantado de buenas a primeras en mitad de una
autopista llena de coches en dirección a Madrid. No le importó mi arrobo, ni mi
embeleso, mi dicha de mujer perdida en mitad de un bosque fantástico y dura y fría marcó
la senda de vuelta a la realidad y la rutina.
Una
vez más, aquí estoy y el verano… ¡aún no se ha acabado!
Bueno… antes de perderme, aún me rondaban un par de cafés
veraniegos medio hilvanados. Quizá sea bueno tomarse alguno para acabar de
pasar el mes y la estación.
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