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De mañana no pasa:
- Se acabaron los cinco minutitos más en la cama después de sonar el despertador.
- Se acabó perder un cuarto de hora cada mañana mirando la ropa colgada del armario como si fueran los datos caóticos de un problema al que soy incapaz de encontrar la solución correcta (meteré la mano con decisión siguiendo el primer impulso eléctrico que pase por mi cabeza y esperaré el veredicto de las compañeras de trabajo, siempre dispuestas a hacerte un favor con sus comentarios)
- Se acabó la leche y el bollito después de la cena para acompañar el rato de tele.
- Se acabaron las patatas fritas a media tarde o a media mañana o antes de comer o… en cualquier otro momento.
A partir de mañana:
- A las once en la cama, sin falta. (Si esta proposición se cumpliera haría innecesaria la primera proposición de la lista)
- Subiré andando todas las escaleras que encuentre en mi camino, incluso los tres pisos que separan mi casa del nivel del suelo aunque sea a la vuelta del trabajo.
- No recolocaré los objetos de adorno después de que él limpie el polvo.
- No le preguntaré varias veces todos los días al niño si ya ha estudiado o si ha estudiado lo suficiente (confiaré en su capacidad y criterio para decidir libremente el tiempo de estudio que necesita, ya que debo reconocer que edad tiene para ello, lo del criterio lo dudo un poco más)
- Le diré de forma civilizada, sin dejarme llevar por el enfado, que su piel,los recursos naturales del planeta y la economía familiar agradecerán que acorte el tiempo que pasa bajo la ducha, aunque tenga que repetir el mensaje día tras día (supongo que su cerebro a remojo es incapaz de retener el mensaje de un día para el siguiente)
- Pediré hora para ir al dentista.
- Arreglaré el cajón de la cocina.
- Llevaré el coche a lavar.
- Repasaré el botón del abrigo antes de que decida que se ha cansado de balancearse con flojera del hilo que aún le sujeta y salga rodando en busca de nuevos horizontes.
- Llamaré a la prima Maripili y aguantaré estoicamente la hora larga que me tendrá pegada al teléfono sin dejarme meter baza contándome chismorreos, para preguntar que tal está la tía Luisa.
- Llamaré a los del seguro para decirles que ¡ha vuelto a descolgarse la persiana del dormitorio!
No hay día que no me haga uno de estos firmes propósitos, o varios, y a veces incluso llega un día en el que cumplo alguno de ellos, los hay que llevan años esperando a que llegue ese mañana prometido, otros se cumplen y descumplen periódicamente. Sin ir más lejos, desde el domingo llevo diciéndome que mañana sin falta escribiré una entrada para el blog y... ¡voila!
¡Ese mañana sin falta ha llegado!
Justo a tiempo de que hagáis un repaso de las cosas que sin falta vais a hacer a partir de mañana. O mira, pensándolo bien, en fin de semana ni suena el despertador, ni hay que acostarse tempranito, ni es momento para llamar al dentista, al seguro y mucho menos a la prima Maripili. Hay que tomarse el aperitivo con patatas fritas y al menos un bollo en el desayuno y saldremos a pasear aunque sea al centro comercial y no voy a ponerme a subir las escaleras mecánicas andando y molestando a los que van cargados con sus bolsas de compras… En fin, que quizá sea mejor que lo dejemos para el lunes ¿no os parece?
¡FELIZ FIN DE SEMANA!