Queridos amigos:
Cada amanecer me recibe con una gran
sonrisa y cada noche me acuesto con un guiño a las estrellas.
Así son los días de vacaciones:
brillantes y perezosos, lánguidos y fugaces. Vivaces, alegres,
amarillos y rojos, azul pastel y verde mar. La dicha está en el
cosquilleo de la arena entre los dedos de mis pies, en la cresta de
la ola que me levanta y me envuelve en su espuma y espera, paciente y fiel, entre las páginas del libro que descansa momentáneamente olvidado sobre una
toalla tendida al sol.

Con la brisa fresca del mar os envío
un montón de besos y un abrazo grande.
Jara
P.D. Antes de poner en marcha de nuevo
el saloncito del café iré visitando poco a poco vuestros espacios
para ponerme al día de lo que se ha cocido en ellos durante este
tiempo de ausencia.